jueves, julio 27, 2023

"A ti gloria y alabanza por siempre"...Int Dt. 3.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Jueves 27 de Julio del 2023

Jesús explica a sus discípulos por qué les habla en parábolas. La razón que da es que este pueblo tiene el corazón embotado que mira sin ver y escucha sin oír ni entender. No sólo se ha perdido la dimensión del encuentro, también se ha transformado nuestra forma de mirar y contemplar la realidad humana. Ya no se transmite la dignidad, sino que se deshumaniza a la persona. Con El, hemos aprendido a oír escuchando. Hoy diríamos a escuchar oyendo. La expresión del evangelio es a la inversa, pero nuestro lenguaje lo ha adecuado con un sentido contrario. Escuchar es poner atención a lo que se oye, y oír es percibir con el oído algún sonido. Lo que hemos aprendido de Jesús es precisamente el sentido que el diccionario da al verbo escuchar, el de poner atención a lo que se dice o se oye. Atender y acoger a quien habla.

En el Evangelio de hoy tomado de Mt 13, 10-17, vemos como los discípulos, un poco inquietos por la forma como Jesús enseñaba a la gente, se les acercaron y le preguntaron el por qué sus enseñanzas son en forma de parábolas. Y Él, les respondió: "A ustedes se les ha concedido conocer los secretos del Reino de los Cielos y a ellos no. Porque al que tiene se le dará de sobra, y al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Por eso les hablo en parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni entender." Mt 13, 10-13.

Jesús les explica que así con parábolas su lenguaje se hace sencillo y a ellos les es fácil entender. 

La gente quedaban impresionados por su manera de transmitir su mensaje pues estaba cargado de símbolos y desafíos.

Jesús utiliza las parábolas para penetrar en el corazón y rechazar los estilos de vida que conducen al pecado, como lo son la soberbia, la envidia, la ira, la vanidad, el egoísmo sentimientos que destruyen la vida de los hombres. 

En definitiva, este pasaje del Evangelio nos muestra la importancia de tener una disposición humilde para recibir el conocimiento de la Palabra de Dios, persistir en la escucha y estar siempre atentos para poder comprender y aplicar en la práctica las verdades que Jesús nos enseñó.

Señor, la fe, esperanza y caridad son los bienes espirituales que nos has regalado en nuestro bautismo. Cuando ejercitamos la fe, la esperanza y el amor, tu gracia se multiplica y nos enriquece. Danos más fe, esperanza y amor, para corresponder mejor a tu gracia.

 
posted by Laureano García Muentes at 4:58 a.m. | Permalink |


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