miércoles, julio 19, 2023

"El Señor es compasivo y misericordioso"...Salmo 103.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Miércoles 19 de Julio del 2023

Jesús se regocija en su espíritu porque sabe y siente que su Padre es el Dios del universo, el Señor de todo lo que existe es el Padre. De esta experiencia de sentirse “el hijo del Altísimo” brota la alabanza. Jesús se siente hijo del Altísimo. Y después Jesús alaba al Padre porque favorece a los pequeños. Es lo que Él mismo experimenta predicando en los pueblos: los “sabios” y los “inteligentes” permanecen desconfiados y cerrados, hacen cálculos; mientras que los “pequeños” se abren y acogen el mensaje. Esto solo puede ser voluntad del Padre, y Jesús se alegra. También nosotros debemos alegrarnos y alabar a Dios porque las personas humildes y sencillas acogen el Evangelio.

El Evangelio de hoy tomado de Mt 11, 25-27,  dice: "Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido. Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar." Mt 11, 25-27.

Jesús alaba a todos aquellos que viven la humildad de corazón, a la gente sencilla que no hace cálculos para lograr alcanzar la meta, sino que se esfuerzan para encontrar el verdadero camino que les da sentido a sus vidas.

Él, en este Evangelio, nos afirma que solo en Dios podemos encontrar el verdadero conocimiento y que eso se logra a través de la entrega incondicional y la absoluta confianza en Él. 

Hermanos, Jesús es la fuente de alivio y esperanza en medio de nuestros dificultades. Él da el control a nuestras vidas; por tanto, dejémonos invadir por sus Palabras y con la acción del Espíritu Santo dejarnos guiar por los caminos de la sabiduría de Dios. 

Hoy Jesús nos invita a que tengamos un corazón sencillo y humilde además, nos pide a los que se sienten cansados y agobiados a tomar su yugo y seguirlo porque en Él encontrarán alivio para sus almas. 

Señor, En ti aprendemos a agradecer la mano providente de Dios que nos sostiene día y noche y nos da todo. ¡Sin Ti no somos nada! Que nos acostumbremos a ver todo como gracia tuya.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:13 a.m. | Permalink |


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