"Alzaré el cáliz de salvación invocando el nombre del Señor"...Salmo 116.
REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY
Viernes 21 de Julio del 2023
Hoy los miembros de la familia Salvatoriana en el mundo celebramos la fiesta del Beato Francisco María de la Cruz Jordán, Fundador de la Sociedad del Divino Salvador (Familia Salvatoriana). Conmemoración instituida en la Iglesia de Santa María de la Piedad en el Campo Santo Teutónico en Roma tras el anuncio solemne de imponentes campanas bajo la presencia del Superior General de la SDS, P. Milton Zonta quien descubrió junto a dos Hermanos Salvatorianos una hermosa placa conmemorativa como signo de gratitud por las cosas buenas que Dios ha hecho en la persona del Fundador.
LECTURA DEL DIA:
En el Evangelio de hoy tomado de Mt 12, 1-8, Jesús con sus discípulos atravesaban unos campos de trigo y cómo se encontraban hambrientos se pusieron a arrancar espigas y comérselas. Los Fariseos que se encontraban también con ellos, le dijeron a Jesús: "Mira, tus discípulos están haciendo una cosa que no está permitida en sábado." Él les replicó: "¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios y comieron de los panes presentados, cosa que no les estaba permitida ni a él ni a sus compañeros, sino sólo a los sacerdotes. ¿Y no habéis leído en la ley que los sacerdotes pueden violar el sábado en el templo sin incurrir en culpa? Pues os digo que aquí hay uno que es más que el templo. Si comprendierais lo que significa «quiero misericordia y no sacrificio», no condenaríais a los que no tienen culpa. Porque el Hijo del Hombre es señor del sábado." Mt 12, 1-8.
COMENTARIO AL EVANGELIO:
Una vez más asistimos a un enfrentamiento entre Jesús y los fariseos. En
este caso por no cumplir con las estrictas normas del sábado judío. Estos andaban muy preocupados con el
cumplimiento de las normas. Lo hacían con toda la buena voluntad del mundo.
Para ellos la fidelidad en el cumplimiento de hasta la más mínima de las normas
y leyes del judaísmo era señal práctica y concreta de su fidelidad a Dios. Pero
esa observancia tenía una consecuencia negativa: al final todas las normas
tenían el mismo nivel, la misma importancia. Para entendernos en el lenguaje
más de la iglesia católica, el quebrantamiento de cualquier norma, por pequeña
que fuese, era siempre pecado mortal. Significa ser infiel a Dios. Por eso, los fariseos critican a los
discípulos. Al coger las espigas porque tenían hambre estaban quebrantando la
ley del sábado. Estaban siendo infieles a Dios. Es una queja y crítica lógica
desde su perspectiva. Esperan de Jesús que ordene a sus discípulos que paren de
hacer lo que hacen y que se comporten como debe comportarse un judío:
cumpliendo todas las normas. Pero Jesús se coloca en
otra perspectiva. En este mundo hay muchas normas. Pero no todas tienen la
misma importancia.
Cómo podemos observar en el relato del Evangelio: Jesús se enfrenta a los adversarios donde les hacer ver cuán es importante vivir la experiencia de la Misericordia de Dios sobre la observancia ciega de las normas y leyes que ocultaban la práctica de la ley principal: El Amor.
Y es que los Fariseos se creían los más estrictos cumplidores de las leyes y de sus preceptos y exigían el respeto del descanso del día sábado. Y Jesús con su gran sabiduría les hace ver que estaban cometiendo un gran error al decir que los discípulos estaban violando las normas comiendo las espigas. Para ellos era un escándalo el hecho de arrancar y comer espigas.
Jesús resalta la misericordia y la compasión por los más necesitados en lugar de seguir de manera estrictas las ley; pues debemos sensibilizarnos ante las necesidades de nuestros hermanos y ayudarles en lo que más lo necesiten.
Las leyes son importantes, pero ellas no deben impedirnos a amar y servir a los demás. Sigamos pues el ejemplo de Jesús siendo testigos de su amor y compasión en el mundo.
Señor, haznos comprender el auténtico sentido de tu
Palabra, para vivirla. Permite, Señor, que ésta sea nuestra actitud y nuestro
estilo de vida para no evadir egoístamente los problemas sino afrontarlos
sabiendo que Tú estás con nosotros, viviendo auténticamente nuestra libertad y
dejando que nuestras vidas trasciendan de acuerdo a tu Santa Voluntad.