jueves, julio 20, 2023

"El Señor se acuerda de su Alianza eternamente "...Salmo 105.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Jueves 20 de Julio del 2023

Hay muchos cansados y agobiados. Más de los que parece a simple vista. Todos llevamos nuestras miserias y nuestras heridas. Pasa que también todos, o casi todos, hemos aprendido a construirnos una coraza, una defensa, que nos cubre y que nos hace aparecer felices ante los demás. Pero la procesión va por dentro. Demasiadas veces. Jesús tenía buenos ojos. Miraba también con el corazón. Y en nombre de Dios hizo de sí mismo un puerto de acogida para todos los que estaban “cansados y agobiados”. Acercarse a Jesús no es como entrar en una secta, donde las normas son estrictas, donde hay tabúes, donde se multiplican las normas y las condiciones para salvarse. Acercarse a Jesús es entrar en el Reino del Padre, en una familia que se basa en el respeto, el amor y la justicia. Es una familia abierta, inclusiva, donde todos son bien recibidos, acogidos y amados en lo que son. Donde el amor fraterno no pone condiciones. Igual que el amor de Dios.

En el Evangelio de hoy tomado de Mt 11, 28-30, Jesús hace una invitación a todos los que trabajan con cansancio y están con una carga que les agobia debido a las presiones a las que vienen siendo sometidos en sus vidas cotidianas, diciéndoles: "Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y Yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana." Mt 11, 28-30.

Jesús les habla así a la gente que le seguía porque veía que los Fariseos los tenían sobrecargados de normas,  preceptos y prácticas muy asfixiantes que hacían de sus vidas insoportables y pensaba en la liberación de esas fuentes de esclavitud. Y les invita a tomar su yugo; es decir, su doctrina. Y les pide que aprendan de Él y se dejen instruir. 

Hermanos: Jesús quiere hacernos partícipes de su misma vida y a que tú como yo, experimentemos el gozo de sentirnos amados por Él quien consuela y fortalece. 

Y es que ser cristianos es querer vivir como Jesús y tener los mismos sentimientos de Él, mirando a los hombres con sus ojos y aprender de su corazón manso y humilde para entregar el amor a otros con gestos pequeños. 

Señor, un  día más para vivirlo en tu presencia, a tus pies, reconociendo humildemente nuestra pequeñez, fragilidad y debilidades; exaltando tu grandeza y señorío en nuestras vidas; echando sobre ti, toda ansiedad, carga, problema o dificultades que hacen pesado nuestro andar; asumiendo el compromiso de luchar la buena batalla, y dejar siempre a tus plantas nuestras necesidades.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:03 a.m. | Permalink |


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