sábado, junio 17, 2023

"El Señor es compasivo y misericordioso"...Salmo 103.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Sábado 17 de Junio del 2023

Ayer conmemorábamos el Sagrado Corazón de Jesús. Hoy recordamos y conmemoramos el Corazón de su Madre. Siempre que se habla del corazón surge en todos, la realidad compleja y rica de los sentimientos. Hoy recordamos ese Corazón maternal donde están los mejores sentimientos de María hacia nosotros, sus hijos. Toda la historia de María puede resumirse en estas pocas palabras. Lo que estaba viviendo no era contemplado pasivamente, no resbalaba por su vida. La iba marcando, a veces con dolor, otras con alegría, otras con incertidumbre. Por eso todo lo iba guardando delicadamente dentro de sí misma. La riqueza de ese Corazón procedía de su condición de Madre de Dios experimentando el poder de la gracia en ella misma. Es bueno recordar que el corazón, como lugar al que asociamos sentimientos, nos indica que vivir en cristiano no se puede reducir a un mero sometimiento a una ley o asentir a una doctrina o cumplir un ritual con el que deseamos honrar a Dios. Seguir a Jesús es mantener con Él una relación de amistad, de confianza, de fidelidad que marca la vida, impregnada de ese Jesús, Dios hecho hombre. Y eso tiene una relación muy directa con nuestros sentimientos.

Hoy celebra la Iglesia la fiesta del Inmaculado Corazón de María. Devoción que se le hace para resaltar en María sus gozos, tristezas, virtudes y su entrega incondicional a la voluntad de Dios. De ella aprendemos a amar a Cristo, su Hijo y el Hijo de Dios. "De ella aprendemos a ser siempre fieles y a confiar en que la Palabra de Dios se cumplirá en nosotros porque nada es imposible para Dios" así lo manifestó San Juan Pablo II. 

El Evangelio de hoy tomado de Lc 2, 41-52 nos narra el episodio sucedido de la pérdida y hallazgo del niño Jesús en el templo de Jerusalén. Su texto, dice así: "Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua. Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre, y acabada la fiesta, María y José regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén, sin que ellos se dieran cuenta. Creyendo que estaba en la caravana, caminaron todo un día y después comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos.

Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén en busca de Él. Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que lo oían quedaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas." Lc 2, 41-47.

Nos parece algo desconcertante lo que allí ocurrió. Jesús, niño tomándose la libertad de disponer de su vida quedándose en el templo sin avisar a sus padres y sin que ellos lo notaran. Él ya desde pequeño con solo doce años, hace notar su prioridad por su Padre Celestial.

El asombro que vivieron sus padres cuando le encontraron y ver a Jesús reunido con los doctores de la ley los deja admirados, debía ocuparse se las cosas de su Padre como se los hace saber.

Este sufrimiento que provoca Jesús deliberadamente a sus padres, es para que aprendan a tomar distancia de Él, porque Él, ante todo, es Hijo de Dios. Ellos tenían que aprenderlo y aquel día, tomaron conciencia de ello.

Hermanos, a veces Dios, para mostrarnos Su intimidad, nos provoca un sufrimiento. Tenemos que aprender a vivir la cruz, porque es lo que redime. 

Señor, no dejes que nos desanimemos ante los problemas y angustias de la vida. Haz que aprendamos de la Sagrada Familia a peregrinar en el claroscuro de la fe. Que la fe sea lo que nos ilumine en los momentos de dificultad y lo que nos fortalezca en los momentos de dolor.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:27 a.m. | Permalink |


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