"Alaba ama mía al Señor"...Salmo 146.
REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY
Martes 20 de Junio del 2023
Nuestro modelo de perfección es Jesús, por lo tanto, todo momento es oportuno para abrirnos a Él, darle nuestro sí sincero, para que nuestro corazón esté a la escucha de su voz, viviendo en plenitud sus palabras, que nos ayudan a llenarnos de Él y ser así, perfectos como el Padre celestial es perfecto. Jesús enseña a sus discípulos que el Antiguo Testamento queda superado, porque en él había un precepto que decía: “Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo”, pero, ahora Él se proclama el Mesías esperado para los que quieran creer, porque Jesús da plenitud a la Ley de Moisés. Tenemos un Padre celestial que es justo y bueno con todos por igual, que no hace distinciones, y nosotros, al ser sus hijos, tenemos que aprender de Él, amar y rezar por todos. Vivamos al cien por ciento estos consejos día a día, para que seamos libres y felices en plenitud, cumpliendo la voluntad de Dios en nuestras vidas.
Cada día vemos como se aumentan las injusticias y la vulneración a los derechos fundamentales. Se pisotean las leyes y la situación se hace violenta porque crecen los resentimientos entre muchas personas. Pareciera que no existiera un camino para lograr alcanzar las soluciones.
Hoy Jesús nos sale al frente y nos pide: "Amar a los enemigos y hacer el bien a los que nos aborrecen". Palabras que nos dejan perplejos, pero lo que Jesús desea es que venzamos el mal con el amor y la misericordia, pues si persiste en nosotros el odio se generaría más violencia.
Amar a los enemigos no significa tolerar las injusticias y apartarnos para que el mal siga destruyendo. El mal se destruye sin la guerra o violencia desenfrenada contra el adversario.
Hermanos: Cuando aprendamos a amar a quienes nos odian, estaremos más cerca de comprender la verdadera naturaleza del amor y la gracia de Dios en nuestras vidas. Es fácil amar a aquellos que nos quieren y nos tratan bien, pero amar a nuestros enemigos va más allá de lo físico o de lo espiritual. Jesús nos muestra que cuando amamos a nuestros enemigos, estamos mostrando la misma misericordia y amor que Dios tiene por nosotros. Si Dios nos ama a pesar de nuestros defectos y pecados, ¿no deberíamos hacer lo mismo por aquellos que nos hacen daño?
Señor, danos la fortaleza necesaria para vivir tu enseñanza de amor. Ayúdanos a darnos cuenta de que nos invitas a ser más generosos. Que acojamos esta invitación de forma mas comprometida para que seamos capaces de donarnos a los demás.