jueves, mayo 25, 2023

"Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti"...Salmo 16.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Jueves 25 de Mayo del 2023

Jesús “ora” y pide en su oración la permanencia de sus discípulos en el amor. El Padre es el que “guarda” a los discípulos y creyentes; no pide preservarlos de dificultades, sino conservarlos bien anclados en la unidad que da el amor. Si la unidad en el amor es argumento de fe, el gran escándalo y argumento en contra es: una iglesia y unos corazones divididos. La unidad se logra por la manifestación de la gloria (amor) de Dios que se da en Jesús, en  su obra, en su mensaje, que se prolonga en los discípulos que viven el mandamiento nuevo del amor. La unidad que se da en Dios, es la que pide Jesús y se aprende estando con Él, viviendo su misma condición de hijo; contemplando su gloria; experimentando su amor; amando, como Él, encarnando el amor como alternativa de vida y de convivencia feliz para la humanidad. Ora, ama, cultiva una fe pascual.

En el Evangelio de hoy tomado de Jn 17, 20-26, Jesús en la última parte de su Oración Sacerdotal, manifiesta a su Padre su gran deseo de la unidad entre los hombres permaneciendo en el amor y la vida fraterna. Él dice: "No solo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno; yo en ellos, y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí. Padre, este es mi deseo: que los que me has dado estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo." Jn 17, 20-24.

Jesús ora al Padre para que sus discípulos y todos los que crean en Él en el futuro puedan ser uno, como Él  y el Padre son uno. Él desea que la unidad y el amor entre sus seguidores sean una muestra real del amor y que Dios envió a Jesús al mundo para salvarnos. 

Hermanos: Como seguidores de Cristo, estamos llamados a trabajar y luchar por la unidad para que todos vivamos el amor.  También nos invita a desechar cualquier cosa que nos haga dividir y pelear unos con otros. Pidámosle al Espíritu Santo nos ayude a ser trabajadores  incansables de la unidad.

Señor, enséñanos a orar. Creemos en ti, y te damos gracias por el don de la fe. Ayúdanos a corresponderte viviendo como verdaderos hijos de nuestro Padre Dios y que nos abramos al amor de tu Padre y aprendiendo a llamarlo: Padre nuestro.

 
posted by Laureano García Muentes at 4:56 a.m. | Permalink |


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