viernes, mayo 19, 2023

"Dios es el Rey del mundo "...Salmo 47.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Viernes 19 de Mayo del 2023

Hoy Jesús Resucitado nos quiere prevenir en este pasaje que no vamos a estar solos después de su Ascensión a los cielos por mucho tiempo, sino que siempre le tendremos cerca porque nos enviará su Espíritu Santo, y así, nuestro dolor por la separación se transformará en alegría cuando le veamos de nuevo. No perdamos la esperanza, Cristo siempre regresará, aunque no lo veamos. Pidámosle la gracia de darnos mayor confianza en su palabra, y así esperarle con alegría.

En el Evangelio de hoy tomado de Jn 16, 20-23a, Jesús le asegura a sus discípulos que en medio de la tristeza, el desconcierto y el dolor que van a sentir por su muerte va a renacer el gozo y la alegría que nadie les podrá quitar nunca jamás. Y les dice: "En verdad, en verdad les digo: ustedes llorarán y se lamentarán, mientras el mundo estará alegre; ustedes estarán tristes, pero su tristeza se convertirá en alegría. La mujer, cuando va a dar a luz, siente tristeza, porque ha llegado su hora; pero, en cuanto da a luz al niño, ni se acuerda del apuro, por la alegría de que al mundo le ha nacido un hombre. También ustedes ahora sienten tristeza; pero volveré a verlos, y se alegrará su corazón, y nadie les quitará su alegría. Ese día no me preguntarán nada." Jn 16, 20-23a.

Ante tanta incomprensión, tantas muertes, se siente el dolor, la tristeza y hasta la falta de sensibilidad. Hoy Jesús parece preguntarnos: ¿Qué hacemos tú y yo para enderezar ese rumbo que está viviendo el mundo?

Si, y es muy cierto. El mundo de hoy está de "patas para arriba" y lo único  que puede volverlo a su curso normal para el cual fue creado por Dios, es, mediante el compromiso tuyo y mío de contagiar con nuestra vida a otros para revivir la caridad, el amor, la ternura y la solidaridad que nos enseña Jesús y que el Espíritu Santo va despertando en nuestros corazones. 

Jesús nos pide ser optimistas para ser apóstoles alegres llamados a vivir y multiplicar a otros el  Evangelio según las capacidades y posibilidades. Recordemos que nuestra tarea apostólica  debe estar centrada en la alegría. 

Señor, que no nos falte nunca la fe, el amor, la esperanza, para gustar la verdadera alegría, que nace del amor y de la fidelidad a Ti.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:02 a.m. | Permalink |


0 Comments:


<body>