viernes, abril 28, 2023

"Vayan por el mundo entero  y anuncien el Evangelio "... Salmo 117.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Viernes 28 de Abril del 2023

Jesús vino a cambiarlo todo, a transformar el mundo, hasta la misma muerte. Y estas palabras en la sinagoga lo subrayan: “El que come mi carne y bebe mi sangre vivirá para siempre”. La muerte es vencida por Jesús que de esta manera nos abre las puertas a la vida eterna. Este misterio no es fácil de entender, por eso Santo Tomás de Aquino dirá en el “Tantum ergo”: “La Fe reemplace la incapacidad de los sentidos”. Nuestra Fe se basa en la resurrección de Jesús, en la Vida, y en la presencia de su cuerpo y su sangre en el Santísimo Sacramento. Nosotros comemos de ese pan y bebemos de ese vino que nos da la vida eterna, tal y como Él lo proclama en este pasaje del Evangelio. Por eso es tan importante para el cristiano participar de la Eucaristía, frecuentar los sacramentos, estar en comunión con Cristo y su Iglesia. 

El Evangelio de hoy está tomado de Jn. 6: 52-56; en el, Jesús continúa hablándole a los Judíos sobre la importancia de comer su carne y beber su sangre para tener vida eterna. Y les dice: "Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán Vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Porque mi carne es la verdadera comida y mi sangre, la verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él.". Jn 6:52-54

Y es que muchos de los judíos que le seguían se escandalizaban de Él y se preguntaban entre sí ¿Cómo puede ser eso? ¿Cómo  hacer eso?, pero Jesús con su sabiduría les explica que su carne y su sangre son verdadera comida y bebida para el que cree en él; y quien lo acepta y le sigue, tendrá como recompensa la vida eterna.

Hermanos, Este Evangelio nos lleva a reflexionar sobre la importancia de creer en Jesús y de seguir sus enseñanzas aunque nos puedan parecer difíciles de entender o de aceptar. Él nos habla del sacrificio que hace por nosotros al aceptar una muerte en la cruz donde se ofrece y entrega su propio cuerpo y su propia sangre para redimirnos de nuestros pecados y nos salvemos.

Reconozcámoslo como ese pan que nutre y da vida en abundancia llenándonos de fuerzas para seguir adelante cada día en el desarrollo de nuestra vida social y cristiana. 

Jesús, ayúdanos a valorar la Eucaristía. El poder vivir para siempre, por Ti, es nuestro gran anhelo. Queremos hablar contigo y escuchar tu Palabra para recibirte con el amor que te mereces; sin ningún interés personal, sólo con la ilusión de que nos llenes de Ti y nos hagas experimentar tu amor.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:58 a.m. | Permalink |


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