jueves, abril 27, 2023

"Aclamad al Señor, tierra entera "...Salmo 66.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Jueves 27 de Abril del 2023

Quienes se acerca a Jesús, han sido llamados por el Dios para que seamos seguidores de su Hijo Jesús y hemos de sentirnos comprometidos para ir descubriendo esa atracción de Dios en el corazón de nuestros hermanos para así ayudarnos mutuamente a creer y a confiar en que quien emprende ese camino hasta el final, tendrá vida para siempre. Para esto vino Jesús al mundo y para esto se hizo semejante a nosotros: se hizo carne para la vida del mundo. Pidámosle esta capacidad de acogida, atención y generosidad así contribuiremos en la misión de hacer de este mundo un paraíso donde reine el amor, la justicia y la solidaridad. 

En el Evangelio de hoy tomado de Jn 6, 44-51 Jesús le reitera a los judíos que "Él es el Pan Vivo que ha bajado del cielo" y lo hace porque veía que eran incapaces de ir más allá de lo físico y material. 

Él les dice: "Yo soy el pan de vida. Sus antepasados comieron el maná en el desierto, pero murieron: aquí tienen el pan que baja del cielo, para que lo coman y ya no mueran. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá para siempre. El pan que yo daré es mi carne, y lo daré para la vida del mundo". Jn 6: 48-51

Y es que los Judíos estaban escandalizados por el lenguaje que Él empleaba, no conciban que dijera: "Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida". Pero Él lo hacía para decirles, no solo a ellos, sino a todos los que le siguen, que Él era la fuente vital de la vida nueva y que nunca puede ser confundido con cualquier otra fuente de vida. 

Hermanos,  Tengamos muy presente que la Eucaristía no es algo que hemos inventado nosotros o una conmemoración o recuerdo de aquel acontecimiento que realizó Jesús en la última cena. No, en ningún momento. La Eucaristía es una acción de Jesús y es Él, quien actúa y quien está presente en el altar y nos reúne para nutrirnos, tanto de su Palabra como también, de su Vida.

La vida que nos transmite Jesús en la Eucaristía es la misma vida que recibe Él del Padre quien es fuente inagotable de vida plena. Una vida que no se extingue con nuestra muerte sino que también resucita a una vida nueva y abundante. 

Acerquémonos a Él y sepamos que cada vez que comulgamos recibimos su cuerpo, su sangre y su divinidad. 

Señor, ayúdanos a amarte más, a quererte más. guíanos en el compromiso de  buscarte solamente lo que a ti te agrade.
 
posted by Laureano García Muentes at 4:51 a.m. | Permalink |


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