domingo, abril 23, 2023

"Señor, me enseñas el sendero de la vida "...Salmo 16.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Domingo 23 de Abril del 2023

El Evangelio de hoy es una auténtica catequesis sobre el proceso de crecimiento en la fe; un proceso en el que siempre estamos, y que en cada etapa de la vida, en cada situación, adquiere unos tonos distintos. El camino de Emaús, es experiencia de encuentro con el Resucitado; y como tal, significa paso de la muerte a la vida; del miedo a la libertad, de los muros a los puentes; del aislamiento a la vuelta a la comunidad. Por eso, atrevámonos a recorrer, junto a los discípulos, nuestro camino de Emaús hoy. Esto significa mirar a fondo nuestra realidad, tomarnos el pulso a nivel personal y comunitario, poner nombre a nuestras decepciones actuales y a nuestras preguntas, no para instalarnos en la queja y en el escepticismo sino para dejarnos acompañar por aquel que siempre tiene una Palabra de Luz y de Vida; una Palabra que calienta el corazón y lo hace arder.

El Evangelio de hoy tomado de Lc 24, 13-35 nos narra la experiencia del encuentro con el Resucitado que vivieron dos de los discípulos cuando iban de camino entre Jerusalén hacia la aldea llamada Emaús.

Dice el texto del Evangelio, que: "Los dos discípulos volvían a sus casas, tristes y decepcionados, pues su Fe en Jesús se les había apagado. Todo había sido una ilusión. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo...Ya cerca de la aldea donde iban, él hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le insistieron, diciendo: "Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída." Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció. Lc 24, 13-31

Hermanos,  este Evangelio nos invita a reflexionar sobre nuestra propia Fe y cómo muchas veces nos cuesta reconocer la presencia de Jesús en nuestras vidas. A veces, nos dejamos llevar por la desesperación y perdemos de vista que Él siempre está con nosotros, en cada momento y en cada situación. Además, también nos enseña que la Fe se renueva a través de la lectura y escucha de las Escrituras, como también, en el compartir la vida y la fe con los demás. Y es que no podemos vivir nuestra fe de manera aislada, necesitamos de los demás para crecer y fortalecernos.

Recordemos que Jesús está presente en la Eucaristía, donde nos parte el pan y nos alimenta con su propia vida. Como los discípulos de Él, necesitamos abrir nuestros ojos y reconocer su presencia en cada celebración eucarística.

Jesús resucitado, enciende en nosotros el calor de la fe y el de la esperanza, de tal manera, que en esta Pascua de Resurrección, junto con la vivencia de la caridad sea el distintivo de nuestras vidas.

 
posted by Laureano García Muentes at 4:50 a.m. | Permalink |


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