martes, abril 25, 2023

"Cantaré eternamente las Misericordias del Señor "...Salmo 89.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Martes 25 de Abril del 2023

El Evangelio nos sitúa en lo que es la esencia de la misión y nos hace ver cuál es el fundamento de donde surge la invitación a predicar por todo el mundo. Es el encuentro con Jesús muerto y resucitado el que suscita en el corazón de cada uno la necesidad de compartir esta Buena Noticia con los demás. Un encuentro transformador que da valor a todo lo demás. Los signos que acompañan son estos: confirmaciones, señales que corroboren nuestra palabra y testimonio, pero no la esencia del mensaje que predicamos. Jesús nos asegura que él no nos faltará y su poder se hará manifiesto. Pero lo maravilloso no será lo esencial de nuestra predicación o, mejor dicho, lo más maravilloso no será necesariamente espectacular.

Hoy la Iglesia Universal celebra la fiesta del apóstol San Marcos. Marcos nació en una familia Hebrea muy acomodada. No fue un discípulo directo de Jesús. Se dice que su madre se llamaba María la mujer viuda que siguió a Jesús después que fue arrestado en huerto de Getsemaní. Según lo relata el libro de los Hechos de los Apóstoles, en la casa de la familia de Marcos ubicada en Jerusalén era el punto de encuentro de los primeros cristianos. Su Evangelio es el más antiguo y fue redactado en griego. Muere entre los años 68 y 72 en Alejandría de Egipto después que fue atado con cuerdas por el cuello y arrojado en una cárcel donde muere al día siguiente. Fue sepultado en una gruta. Sus restos permanecen en la Basílica en El Cairo en la catedral de San Marcos sede del Patriarca Copto Ortodoxo.

En el Evangelio de hoy tomado de Mc 16, 15-20, dice que: "Jesús Resucitado se le apareció a los Once y les dijo: ""Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado". Mc 16, 15-16.

Como lo apreciamos en este Evangelio, Jesús le deja una última enseñanza a sus discípulos antes de ascender al cielo. Los instruye a ir por todo el mundo y predicar el evangelio a toda criatura y les promete que a aquellos que crean y sean bautizados alcanzarán la salvación.

Esta reflexión nos muestra el alcance de la misión cristiana, que consiste en compartir las buenas nuevas del evangelio y el amor de Dios a todas las personas de todas partes del mundo. 

También nos enseña que la fe en Dios nos da poder para hacer cosas milagrosas, como sanar y ayudar a los necesitados. Sin embargo, para hacer estas cosas, primero debemos creer en Jesús y en su mensaje divino.

Hermanos, este Evangelio nos recuerda una vez más la importancia de seguir el camino de Jesús y llevar su mensaje a otros, siempre confiando en la ayuda de su Espíritu Santo para hacer el bien y ayudar a aquellos que lo necesitan.

Señor, Ayúdanos a saber corresponder, con nuestro amor y servicio para poder llevar a los demás el don de la redención.
 
posted by Laureano García Muentes at 5:06 a.m. | Permalink |


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