"¿Como pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?"... Salmo 116.
REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY
Sábado 29 de Abril del 2023
Por primera vez experimenta Jesús que sus palabras no tienen la fuerza deseada. Sin embargo, no las retira, sino que se reafirma más: “Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida, pero algunos de vosotros no creen”. Sus palabras parecen duras, pero transmiten vida, hacen vivir, pues contienen Espíritu de Dios. Jesús no pierde la paz. No le inquieta el fracaso. Dirigiéndose a los Doce les hace la pregunta decisiva: “¿También vosotros queréis marcharos?”. No los quiere retener por la fuerza. Les deja la libertad de decidir. Sus discípulos no han de ser siervos sino amigos. Si quieren puede volver a sus casas. Una vez más Pedro responde en nombre de todos. Su respuesta es ejemplar. Sincera, humilde, sensata, propia de un discípulo que conoce a Jesús lo suficiente como para no abandonarlo. Su actitud puede todavía hoy ayudar a quienes con fe vacilante se plantean prescindir de toda fe. “Señor, ¿a quién iríamos?”. No tiene sentido abandonar a Jesús de cualquier manera, sin haber encontrado un maestro mejor y más convincente.
Y como lo hemos visto en los textos que hemos reflexionado, muchas de las personas que seguían a Jesús lo hacían porque en Él podían saciar su hambre, les curaba de sus enfermedades y hacia signos prodigiosos, tales como la resurrección de los muertos, pero no estaban dispuestos a seguirle para cambiar sus mentalidades y adherirse a la dinámica del Reino de Dios. Y por eso, a muchos les parecieron muy duras sus exigencias y se fueron para seguir en sus mundos.
Hoy a nosotros nos puede pasar lo mismo, ¿no es así?
Vivimos en un tiempo en que como seguidores de Jesús, debemos navegar contra corriente ante lo que el mundo propone: la corrupción, el egoísmo, la vanidad, etc. Él nos pide ser testigos y proclamadores del amor, la justicia, la fidelidad, la solidaridad, la entrega incondicional por los más necesitados, etc.
Hermanos, es hora de pensar sobre nuestro verdadero seguimiento a Jesús. La decisión de ser verdaderos testigos está en nuestras manos porque depende solo, de nosotros. Todo se define si estamos experimentando fuertemente el creer que Él es el Verdadero Pan que alimenta nuestras vidas y que sus Palabras son de Vida Eterna.
Señor, no permitas que las preocupaciones del mundo nos distraigan. Tú nos puedes dar la luz y la fuerza que necesitamos para dejar a un lado la autosuficiencia y el egoísmo. Creemos en ti, esperamos en ti y te amamos. Permite que cada día nuestros pasos sean seguros y podamos tener un encuentro verdadero contigo.