"Yo soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz"...Salmo 81

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Viernes 17 de Marzo del 2023

La respuesta que Jesús le da al Escriba retoma y une dos preceptos fundamentales, que Dios ha dado a su pueblo mediante Moisés. El primero es que la vida moral y religiosa no puede reducirse a una obediencia ansiosa y forzada. Hay gente que trata de cumplir los mandamientos de forma ansiosa o forzada, y Jesús nos hace entender que la vida moral y religiosa no puede reducirse a una obediencia ansiosa y forzada, sino que debe tener como principio el amor. El segundo fundamento es que el amor debe tender juntos e inseparablemente hacia Dios y hacia el prójimo. Esta es una de las principales novedades de la enseñanza de Jesús 

Hermanos, las enseñanzas que nos brinda Jesús son principios básicos para fundamentar nuestra Fe y recibir la gracia y dones del Espíritu Santo para perseverar hasta el final. 

Y esa enseñanzas son muy simples y sencillas más de lo que podríamos imaginar, pero lo que ocurre es que contienen unas exigencias muy altas donde nos sentimos incapaces muchas veces en cumplir; y entonces, flaqueamos, nos excusamos y preferimos mirar a otros lados.

Estamos viviendo un mundo donde permanentemente le damos  demasiada importancia a los placeres, las comodidades, las vanidades, el sexo, el poder, el tener dinero; cualidades estas que nos alimentan el egoísmo y el odio entre nosotros mismos. A estas, hoy las mal llamamos "sociedad de consumo" obsesiones que van socavando esa relación de intimidad que hemos de tener con Dios ya que nos van haciendo creer que todo lo podemos lograr, a través del dinero, la fama, etc. 

Si, muchos estamos creídos que esta situación nos mantienen felices y entretenidos entregando a ellos nuestra vida, dejando a un lado lo fundamental.

Hermanos, hoy Jesús nos enseña que hay que dejar a un lado esos sueños mundanos y más bien nos afanemos por seguir en el verdadero camino que Él nos enseña y que conduce a la verdadera felicidad. Entonces se hace necesario optar por el sacrificio y con decisiones firmes enderezar nuestros pensamientos con mira a lograr la verdadera libertad. 

Señor, que tu amor que ha sido derramado en nuestros corazones sea un manantial donde brote la alabanza y adoración a nuestro Dios y los sentimientos de perdón, compasión, misericordia a nuestros hermanos.