jueves, marzo 16, 2023

"Ojalá escuchen hoy la voz del Señor: "No endurezcan el corazón"...Salmo 95.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Jueves 16 de Marzo del 2023

Este episodio contiene una advertencia que nos sirve a todos. De hecho, puede suceder que una envidia fuerte por la bondad y por las buenas obras de una persona pueda empujar a acusarlo falsamente. Y aquí hay un verdadero veneno mortal: la malicia con la que, de un modo premeditado se quiere destruir la buena reputación del otro. Jesús nos pide hoy estar atentos, porque este comportamiento destruye las familias, las amistades, las comunidades e incluso la sociedad.

En el Evangelio de hoy tomado de Lc 11, 14-23, los Escribas y Fariseos quienes seguían controvirtiendo a Jesús sobre el origen de su poder contra el demonio, le pedían señales extraordinarias para asegurarse que Él era el verdadero Enviado de Dios.

Ellos, que presenciaron el milagro cuando Jesús echó fuera al demonio que habitaba en un hombre comenzaron a decir: "Éste expulsa a los demonios por el poder de Belzebul, el Príncipe de los demonios”. Otros, para ponerlo a prueba, exigían de Él un signo que viniera del cielo. Jesús, que conocía sus pensamientos, les dijo: “Un reino donde hay luchas internas va a la ruina y sus casas caen una sobre otra. Si Satanás lucha contra sí mismo, ¿Cómo podrá subsistir su reino? Porque -como ustedes dicen- Yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul. Si Yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul, ¿con qué poder los expulsan los discípulos de ustedes? Por eso, ustedes los tendrán a ellos como jueces. Pero si Yo expulso a los demonios con la fuerza de Dios, quiere decir que el Reino de Dios ha llegado a ustedes"... "El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama”. Lc 11, 15-21.23.

Jesús les lanza una expresión contundente y muy significativa: "Quien no está conmigo, está contra mi" y con ello les quiere decir que quienes no pretendan definirse para seguirle y quieren quedarse neutros por no creer, estarán en su contra, se mantendrán dispersos. Porque quienes persisten en esos deseos y quieren continuar con su vida empobrecida, oprimida, llena de vicios y corrupción, no pueden ser sus seguidores.

Jesús los acusa porque no quieren reconocer su poder con el cual hace los milagros; además, por estar creyendo que esa autoridad se estaba constituyendo en una amenaza para sus intereses y pretensiones religiosas y de poder. 

Si, ellos habían cerrado sus oídos y corazones a los signos que Jesús venia haciendo y que les revelaba la presencia del Reino de Dios.

Hermanos, este Evangelio de hoy nos toca el corazón. Muchas veces caemos en la envidia por ver en las otras personas sus capacidades, como también, por notar su compromiso y formas de trabajar. Y esa envidia, aunque no la creamos va envenenando el corazón y  va provocando un dolor interior que nos va robando la paz porque damos apertura al juego de la calumnia y así, vamos haciendo quedar mal a nuestro hermano frente a los demás.

Pidámosle al Espíritu Santo que clarifique nuestras ideas y comportamientos para no perder nunca la unidad con Dios y el prójimo. 

Agudicemos nuestros oídos para así, escuchar las Palabras de Jesús y con Él, continuar edificando nuestras vidas.

Gracias Señor, porque hoy nos invitas a estar contigo, con tu propuesta de amor, de entrega y servicio a los demás; de ver en el otro tu rostro; de aceptar sin juzgar y criticar, de proclamar la vida como muestra de la gloria de Dios. 

 
posted by Laureano García Muentes at 12:21 p.m. | Permalink |


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