lunes, marzo 13, 2023

"Ojalá escuchen al Señor: "No endurezcan el corazón"...Salmo 95.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Domingo 12 de Marzo del 2023

Jesús en el Evangelio de hoy se presenta ante la mujer samaritana como una persona fatigada, sedienta de tanto caminar, como quien tiene urgencia de saciar una necesidad propia. Se presenta como hombre. Podría haberse aparecido de otra forma por ejemplo diciéndole inmediatamente que era el Hijo de Dios. No obstante, la pedagogía de Él es una pedagogía de amor, de espera, de comprensión, de respeto a la propia libertad. 

El Evangelio de hoy tomado de Jn 4, 5-42, nos narra el encuentro de Jesús con la Samaritana y dice el texto que Jesús venía fatigado por la larga caminata y se sentó junto al pozo. Era cerca del medio día. Sus discípulos habían ido al pueblo a comprar comida. En eso llegó a sacar agua una mujer de Samaria, y Jesús le dijo: "Dame un poco de agua". Le responde la Samaritana: "¡Cómo! ¿ Tú qué eres judío me pides de beber a mi, que soy Samaritana?" Y es que los Judíos no se trataban con los samaritanos. Jesús le contestó: "Si conocieras el don de Dios y quien es el que te pide de beber, tú le pedirías a él, y el te daría agua viva". Le dice la mujer: "Señor, le dijo ella, no tienes nada para sacar el agua y el pozo es profundo. ¿De dónde sacas esa agua viva?. ¿Eres acaso más grande que nuestro padre Jacob, que nos ha dado este pozo, donde él bebió, lo mismo que sus hijos y sus animales?". Jesús le respondió: "El que beba de esta agua tendrá nuevamente sed, pero el que beba del agua que yo le daré, nunca más volverá a tener sed. El agua que yo le daré se convertirá en él en manantial que brotará hasta la Vida eterna". Le dijo la mujer: "Dame de esa agua para que no tenga más sed y no necesite venir hasta aquí a sacarla". Jn 4, 5-15.

Hermanos, muchas veces salimos a la calle de nuestros barrios o ciudad revestidos de armaduras para impedir que otras personas interfieran en nuestras vidas. Pero ocurre que sin pensarlo nos descubrimos que somos vulnerables y nos vemos obligados a cambiar y aceptar nuestra propia realidad.

A muchos de nosotros nos ha pasado al leer la Palabra de Dios, sentimos que esta nos confronta y nos ayuda a descubrir nuestra propia verdad.

Jesús es una persona que sabe dialogar a solas y de manera amistosa,  sin importarle como somos y de donde procedemos. Él nos acoge tal como somos y nos impulsa a enfrentarnos a la vida con paz.

Recordemos que la Palabra de Dios tiene vida y poder. Es más cortante que cualquier espada de dos filos y penetra hasta lo más profundo del alma.

Señor, aumenta nuestra fe. Señor, cada vez que nos acercamos a ti, experimentamos el deseo de querer comprender con mayor sencillez tu presencia entre nosotros. Nuestra fe es débil, por eso hoy te pedimos la ayuda para combatir esa incredulidad y no pasar con los oídos distraídos cuando tú nos hablas al corazón.

 
posted by Laureano García Muentes at 7:19 a.m. | Permalink |


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