jueves, marzo 02, 2023

"Cuando te invoqué, me escuchaste, Señor "... Salmo 138.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Jueves 2 de Marzo del 2023

En el camino de discernimiento y maduración que nos presenta la fe, la oración se muestra como uno de los puntales esenciales de este camino. Nuestra vida está llamada a una continua transformación, a la conversión en el día a día, a la invitación que Jesús nos hace a vivir en clave del mandato nuevo: «Como yo os he amado, amaos también unos a otros» (Jn 13,34). Transformación que nos habla de que hemos sido capaces de interiorizar la vida de Cristo, hacerla nuestra, para captar así, la voluntad de Dios en nuestra vida, que no es otra cosa que la de recibir el amor de Dios y proyectarlo en nuestras relaciones fraternas.

El Evangelio de hoy tomado de Mt 7, 7-12, nos relata: que Jesús, dirigiéndose a sus discípulos, les dice: "Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; llamen y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá. ¿Quién de ustedes, cuando su hijo le pide pan, le da una piedra? ¿O si le pide un pez, le da una serpiente? Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡Cuánto más el Padre de ustedes que está en el Cielo dará cosas buenas a aquéllos que se las pidan!." Mt 7, 7-11.

Con esta exhortación, Jesús pretende acentuar en los discípulos una confianza absoluta en Dios mediante una oración con la madurez que requieren nuestras aspiraciones y no para encubrir nuestros egoísmos.

De verdad, muchas veces oramos para pedir a Dios algo que sea para nuestro propio beneficio y con insistencia queremos presionarlo para que las haga o nos complazca. Si, queremos bajo presión que decida o sea Él quien arregle nuestra cosas. 

Y miren, quienes piensan así, se equivocan, pues cuando se hace una oración verdadera, con absoluta convicción, Dios nos busca, nos pide y nos llama para apoyarnos y sacar adelante nuestra intensiones y proyectos. 

Recordemos que mediante una oración sincera y franca podemos pedirle que limpie nuestros oídos y corazones para así, escucharle con claridad y hacer su voluntad haciéndolo el centro de nuestras vidas. 

Hermanos, les invito a que hagamos una oración con fe y con sinceridad de corazón para pedirle al Señor que nos ayude a reconciliarnos con nosotros mismos y con Él y así, convertirnos en sus buenos seguidores que están prestos a salir al encuentro de aquellos que sienten su vida y su fe, amenazadas.

Señor, confiamos en tus palabras. Sabemos que si te pedimos, nos darás; que si te buscamos, te encontraremos; que si tocamos a la puerta de tu corazón,  nos la abrirás. Te pedimos que nos ayudes a descubrir siempre cuál es tu voluntad y nos des tu gracia para cumplirla.

 
posted by Laureano García Muentes at 4:14 a.m. | Permalink |


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