martes, febrero 28, 2023

"El Señor libra de sus angustias a los justos"... Salmo 34.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Martes 28 de Febrero del 2023

El auténtico acercamiento a Dios solo puede realizarse a partir de una relación filial, una relación de confianza con un padre que conoce nuestras necesidades y desde este principio brota la enseñanza de la oración del Padrenuestro. Jesús, cuando enseña el Padre Nuestro a sus discípulos, y a nosotros a través de ellos, nos da la pauta y el camino para que nuestra oración sea escuchada por Dios. Por eso, cuando elevemos a Dios nuestras oraciones tienen que ser sencilla, hecha con el corazón, pensando en Dios y sus intereses y no en nosotros mismos. Dios es infinitamente misericordioso. Pero también infinitamente justo. 

En el Evangelio de hoy tomado de Mt 6, 7-15, Jesús  le propone a sus discípulos un estilo de oración y con ello quiere transmitirles un modo más familiar de relacionarse con el Padre-Dios, evitando la charlatanería con palabras vanas, confusas e inútiles. 

Y les dice: "Cuando oren, no hablen mucho, como hacen los paganos: ellos creen que por mucho hablar serán escuchados. No hagan como ellos, porque el Padre que está en el cielo sabe bien qué es lo que les hace falta, antes de que se lo pidan. Ustedes oren de esta manera: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino, que se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos han ofendido. No nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del mal. Si perdonan sus faltas a los demás, el Padre que está en el cielo también los perdonará a ustedes. Pero si no perdonan a los demás, tampoco el Padre los perdonará a ustedes” Mt 6, 7-15.

Jesús no pretende con esta enseñanza condenar las oraciones largas, su censura es por la mecánica formalista con la que se realiza.

Hermanos, la oración del Padre Nuestro es una escuela y con ella establecemos un lazo sólido e íntimo con Dios que es un Padre bueno, lleno de ternura y de misericordia; por tanto, no necesitamos de muchas palabras para expresarle nuestras emociones y necesidades, sino una disposición confiada en Él, reconociéndolo como el Padre que nos interpela y nos centra en la vivencia del amor verdadero hacia los que están a nuestro alrededor; como también,  el que nos prepara una mesa para compartir en ella, con todos, la fraternidad.  

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, ven a esta oración que hoy te elevamos, para que seas el medio para crecer en el amor que perdona, libra del mal y de la tentación.

 
posted by Laureano García Muentes at 4:43 a.m. | Permalink |


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