"Tus palabras, Señor, son espíritu y vida"...Salmo 19
REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY
Lunes 27 de Febrero del 2023
Esta palabra de hoy no termina nunca de conmocionarnos, porque nos
revela hasta qué punto llega el amor de Dios: hasta el punto de identificarse
con nosotros, pero no cuando estamos bien, cuando estamos sanos y felices, no,
sino cuando estamos necesitados. Y de este modo escondido Él se deja encontrar,
nos tiende la mano como mendigo. Así Jesús revela el criterio decisivo de su
juicio, es decir, el amor concreto por el prójimo en dificultad. Y así se
revela el poder del amor, la majestad de Dios: solidario con quien sufre para
suscitar por todas partes comportamientos y obras de misericordia. S.S. Francisco (Ángelus, 26
noviembre 2017)
El Evangelio de hoy tomado de Mt 25, 31-46, Jesús les describe a sus discípulos la forma como será el juicio final de la humanidad, diciéndoles: "Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles, entonces se sentará en su trono de gloria. Serán congregadas delante de él todas las naciones, y él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. Pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces dirá el Rey a los de su derecha: "Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme." Entonces los justos le responderán: "Señor, ¿Cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; o sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos; o desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?" Y el Rey les dirá: "En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis." Mt 25, 31-40.
Jesús nos propone hoy un camino seguro para alcanzar nuestra perfección.
Al presentarnos esta parábola del juicio final quiere hacernos ver que para lograr ese objetivo debemos estar prestos al servicio por los más necesitados, los pobres y humildes de corazón.
Como lo leemos en el texto del Evangelio, Todos sin excepción seremos juzgados en cuanto a la entrega que realicemos específicamente a los hambrientos, los enfermos, los perseguidos y abandonados de las clases sociales y dirigentes.
Tenemos que tener muy presente que Dios está de parte de los desfavorecidos y abandonados, o sea, de todos aquellos que requieren fuerza y consuelo.
Nada nos acerca más a Jesús que el aprender a mirar detenidamente con compasión el rostro de los que sufren, pues en cada uno de ellos, esta el verdadero rostro de Jesús.