martes, febrero 21, 2023

"Encomienda tu camino al Señor, y Él actuará "...Salmo 37.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Martes 21 de Febrero del 2023

El valor de una persona ya no depende del papel que desempeña, del éxito que tiene, del trabajo que hace, del dinero que tiene en el banco; no, no depende de eso; la grandeza y el éxito, a los ojos de Dios, tienen otro sentido: se miden por el servicio. No por lo que se tiene, sino por lo que se da. La actitud de los discípulos en el Evangelio de hoy nos interpela, pues algunas veces somos como ellos, ya que nos quedamos en el Viernes Santo y no pensamos en el Domingo de Resurrección. Si, vivimos centrados en el éxito que nos da el mundo y nos olvidamos que estamos hechos para el Cielo, que este mundo se pasa y la gloria que recibimos aquí abajo no sirve de nada. Todo es vanidad.

En el Evangelio de hoy tomado de Mc 9, 30-37, Jesús en el camino a Cafarnaún se dedica a instruir a sus discípulos; y por segunda vez les habla sobre su muerte y su resurrección. Ante la incomprensión de ellos y al verlos discutir sobre sus inquietudes, al llegar a casa les preguntó: "¿De qué hablaban por el camino?" Ellos callaban, porque habían estado discutiendo sobre quién era el más grande. Entonces, sentándose, llamó a los Doce y les dijo: “El que quiere ser el primero debe hacerse el último de todos y el servidor de todos”. Después, tomando a un niño, lo puso en medio de ellos y, abrazándolo, les dijo: “El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí, y el que me recibe no es a mí al que recibe sino a Aquél que me ha enviado”. Mc 9, 30-37.

Dice el texto del Evangelio que los discípulos callaron. Y esa mudez es símbolo de que no entendían aún a su Maestro. Ellos pensaban al igual de los demás que le seguían que Jesús sería quien les sacaría de esa precaria situación que vivían  a causa del régimen imperante; y como cualquier persona, perseguían el prestigio y la fama por ejercer alguna autoridad.

Hermanos, a Jesús le preocupaba esta situación, los llama y se sienta con ellos para darles una enseñanza. Llama a un niño, le abraza y lo pone en el centro de todos y les dice: para ser los primeros en el Reino de Dios, es necesario el Servicio a los demás.

El niño que utiliza Jesús nos muestra que ante la avaricia,  los reconocimientos y el logro de posiciones importantes, hay que ser humildes y sencillos de corazón.

La humildad da las fuerzas necesarias para abrir las puertas del Reino de Dios. 

Preguntémonos: ¿De qué manera estoy ejerciendo mi servicio al Señor?, ¿Soy humilde y sencillo con los demás?

Señor, danos la gracia de vivir entregados al mayor número de personas para que estos, lleguen a conocer tu amor en profundidad; También, que gastemos nuestra vida para que muchos otros lleguen a gozar de tu amistad.
 
posted by Laureano García Muentes at 4:14 a.m. | Permalink |


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