sábado, febrero 11, 2023

"Dichosos los que temen al Señor"...Salmo 128.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Sábado 11 de Febrero del 2023

Jesús no se desentiende de la realidad que vive la gente, muy por el contrario, ve al hombre en su necesidad real y tiene una mirada de compasión que le lleva a hacer suya esa realidad y a actuar para solucionarla. Esta mirada nacida de la compasión se convierte en gesto, y éste en don para la vida del otro. No se trata de una compasión emocional y superficial (¡pobrecito, qué pena!), sino práctica que busca eficazmente una pronta y rápida actuación. ¿De dónde brota todo esto? es fruto de ese amor a Dios que está en él y que le hace acercarse con sencillez y ternura al más necesitado.

En el Evangelio de hoy tomado de Mc 8, 1-10 nos habla de la segunda multiplicación de los panes.

Dice el texto del Evangelio que: " Viéndose Jesús rodeado de una gran muchedumbre, observó a los que le seguían, llamando a sus discípulos les dijo que sentía compasión de esa gente porque hacían tres días que andaban junto a Él y no tenían que comer. No quería despedirlos en ayunas porque podrían desfallecer por el camino ya que muchos habían venido de lejos. Le contestaron sus discípulos: “¿Cómo se podría conseguir pan en este lugar desierto para darles de comer?” Él les dijo: “¿Cuántos panes tienen ustedes?” Ellos respondieron: “Siete”.

Entonces Él ordenó a la multitud que se sentara en el suelo, después tomó los siete panes, dio gracias, los partió y los fue entregando a sus discípulos para que los distribuyeran. Ellos los repartieron entre la multitud. Tenían, además, unos cuantos pescados pequeños, y después de pronunciar la bendición sobre ellos, mandó que también los repartieran.

Comieron hasta saciarse y todavía se recogieron siete canastas con lo que había sobrado. Eran unas cuatro mil personas. Luego Jesús los despidió. En seguida subió a la barca con sus discípulos y fue a la región de Dalmanuta. Mc 8, 1-10.

La gente seguía a Jesús sin ninguna clase de preocupaciones y hasta de sus necesidades de alimentación, pues estaban esperanzadas en las necesidades de sanación y curación de las enfermedades que padecían. Veían en Jesús un líder salvador de las tantas opresiones de sus gobernantes y líderes religiosos; como también, un restaurador de sus necesidades económicas e intereses materiales.

Hermanos, el seguimiento que hicieron estas personas a Jesús es un ejemplo para quienes viven pendientes de sus intereses personales y materiales; pues, estos afanes son como unas murallas que les impiden muchas veces ver y palpar esas cosas que nos pide Dios y que son el verdadero alimento de vida y de salvación de los hombres. 

Jesús hoy también nos llama a nosotros y nos entrega los panes para distribuirlos entre la gente a fin de que se alimenten de Él como también, de sus beneficios sanadores.

No podemos olvidar que es la misericordia por los que sufren la que tiene más valor en la vida, porque quien ama con humildad y sinceridad a su hermano ama a Dios.

Jesús, alimenta nuestra alma que tiene hambre y sed de Ti. Deseamos que nuestra unión contigo sea más que una ilusión o deseo, que sea una realidad concreta sobre la que gire toda nuestra vida.

 
posted by Laureano García Muentes at 4:13 a.m. | Permalink |


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