martes, febrero 14, 2023

"El Señor bendice a su pueblo con la paz"...Salmo 29

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Martes 14 de Febrero del 2023

Jesús nos reprocha hoy por la lentitud en el aprendizaje de sus Palabras. Por la  falta de profundidad en la visión y también, por la superficialidad en nuestra opción creyente. El nos invita a no quedarnos en la corteza de las cosas, sino a mirar los acontecimientos en profundidad, porque quizá nosotros también debamos asumir que estamos aprendiendo a conocer a Jesús.

En el Evangelio de hoy tomado de Mc 8, 14-21, Jesús le advierte a sus discípulos sobre la falta de Fe y les pide alejarse de la levadura de los Fariseos que corrompe. Y les dice : "“Estén atentos, cuídense de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes”. Y lo hace cuando ellos discutían entre sí, porque al embarcarse en la barca no habían traído sino un solo pan. Jesús se dio cuenta y les dijo: “¿A qué viene esa discusión porque no tienen pan? ¿Todavía no comprenden ni entienden? Ustedes tienen la mente enceguecida. Tienen ojos y no ven, oídos y no oyen.”. Mc 8, 14-18. 

Él se refería a las dos levaduras peligrosas que existían en esa región (la Farisaica y la Herodiana) quienes desconocían a Jesús como el Hijo de Dios y no lo reconocían como el Enviado de Dios (El Mesías),  pues ellos como dirigentes religiosos vivían preocupados por los aspectos legales y se olvidaban de lo esencial queriendo en todo momento  romper esa unión que se iba  fermentando en el pueblo para hacerse seguidores de Jesús.

Hermanos, hoy también vivimos situaciones similares, son muchos los que actúan como Fariseos y acuden a la hipocresía queriéndonos seducir hacia la maldad, los vicios, las vanidades y la vanagloria. Este Evangelio de hoy nos invita a que nos mantengamos firmes en la fe y no nos dejemos seducir por esas levaduras y a que nos mantengamos atentos a dar una verdadera, firme y clara interpretación de  su Palabra reconociendo a Jesús como nuestro Salvador. 

Señor, que descubramos tu amor en la vida cotidiana. Abre, nuestros corazones para saber escuchar tu voz. Abre, nuestros ojos porque somos ciegos y muchas veces no vemos el infinito amor que nos tienes.

 
posted by Laureano García Muentes at 4:33 a.m. | Permalink |


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