sábado, marzo 18, 2023

"Quiero misericordia, y no sacrificios"...Salmo 51.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Sábado, 18 de Marzo del 2023

Jesús nos entrega la parábola del fariseo y del publicano para contraponer dos modelos de vida cristiana: la arrogancia y la humildad del pecador que pide la conversión. En la humildad del hombre Dios encuentra la tierra fértil donde derrochar su amor. Con este texto dispongamos nuestros corazones en este caminar cuaresmal preparatorio para celebrar la Semana Santa, sintamos que Jesús nos esta llamado a convertirnos profundamente, a reconciliarnos con El y con nuestros hermanos , a mirar al otro en su dignidad y a reconocernos humildes para así, esperar de Dios su Gracia.

En el Evangelio de hoy tomado de Lc 18, 9-14, Jesús nos enseña el valor de la oración cuando se hace con humildad, para ello nos narra la siguiente enseñanza: "Dos hombres subieron al Templo para orar; uno era fariseo y el otro, publicano. El fariseo, de pie, oraba así: “Dios mío, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, que son ladrones, injustos y adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago la décima parte de todas mis entradas”. En cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se animaba siquiera a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: “¡Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador!”. Les aseguro que este último volvió a su casa justificado, pero no el primero. Porque todo el que se eleva será humillado, y el que se humilla será elevado." Lc 18, 9-14.

Hermanos, Dios mira la actitud humilde de la persona que se dirige a Él para pedirle y se complace en aceptarla y atenderla con prontitud. Mientras quien pide de manera interesada, con exigencias llenas de soberbia donde prevalecen la envidia y el egoísmo Él no las escucha.

Quien es humilde conoce sus limitaciones y debilidades, es modesto, no ostenta en sus cualidades o en sus logros. Jesús requiere que tu y yo seamos humildes y sencillos como Él nos pide y así a través de su Espíritu Santo nos enriquece de sus beneficios y su gracia. 

Señor, toma nuestras vidas y guíala por el camino que nos lleva a Ti; que en cada momento nuestro actuar vaya dirigido a cumplir tu Voluntad con alegría y sencillez.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:08 a.m. | Permalink |


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