domingo, diciembre 11, 2022

"Ven, Señor, sálvanos"...Salmo 146.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Domingo 11 de Diciembre del 2022

Jesús trae el amor de Dios a los pobres y a los que sufren, de esta forma cumple lo que el profeta Isaías había anunciado sobre la instauración del nuevo mundo de Dios. Es oportuno este Evangelio de hoy porque en el vemos como el Señor está continuamente viniendo, saliéndonos al paso, presente en nuestra realidad histórica y personal concreta: y nos prepara para acoger esa continua visita.  No olvidemos que hemos sido llamados a despertar y espabilarnos, y a preparar el camino al Señor, y a convertirnos... Pero puede ocurrirnos como al último de los profetas (Juan Bautista): que no seamos capaces de reconocerlo

En el Evangelio de hoy tomado de Mt 11, 2-11, Juan Bautista, quien había escuchado en la cárcel las obras que hacía Jesús, mandó a sus discípulos a preguntarle:"¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?". Él les respondió: "Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven, y los cojos andan; los leprosos quedan limpios y los sordos oyen; los muertos resucitan y los pobres son evangelizados. ¡Y bienaventurado el que no se escandalice de mí!". Mt 11, 2-6

Y es que las actuaciones de Jesús tenía muy desconcertado a Juan Bautista, él esperaba que Jesús sería un líder riguroso  con los pecadores y que haría todo lo posible para extirpar el pecado, pero fue todo lo contrario, se había dedicado a curar enfermos, heridas y aliviar los sufrimientos. 

La respuesta de Jesús fue muy concreta: "Díganle a Juan lo que están viendo y oyendo". Quizás esa respuesta causó decepción entre los seguidores de Juan porque estos estaban creídos que el Mesías esperado tendría otras cualidades y que, como un líder libertador, se enfrentaría a las autoridades que regían con sus leyes corruptas todos los poderes.

Hermanos, este Evangelio nos ha de cuestionar sobre que Mesías estamos siguiendo, como también, sobre lo que estamos conociendo y oyendo de Él. 

Recordemos que para percibir su identidad no sólo basta confesar que Él es el Mesías sino que es necesario sintonizarnos con su modo de ser y actuar como también, hacer lo que Él hacía: ayudar a la gente que sufre para abrirles a un nuevo horizonte lleno  de esperanza.

El tiempo de Adviento y la Navidad son, por tanto, una invitación para revisar nuestras ideas, convicciones y esperanzas sobre cómo es Dios y cómo actúa.

Señor, hoy llegamos ante Ti, con el deseo de conocerte más. Muéstranos el amor de tu corazón y enciende el nuestro con ese mismo amor.

 
posted by Laureano García Muentes at 4:34 a.m. | Permalink |


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