sábado, diciembre 10, 2022

"Oh Dios, restáuranos; que brille tu rostro y nos salve"...Salmo 80.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Sábado 10 de Diciembre del 2022

La gente esperaba que Elías volviera para reconstruir las comunidades y reconducir el corazón de los padres hacia los hijos y el de los hijos hacia los padres. Esta era la gran esperanza de la gente. Jesús interpreta que la esperanza de Elías se concretó en Juan el Bautista. Sin embargo, el pueblo no respondió como se esperaba. Prueba de ello es que Juan fue ejecutado. Lo mismo pasará con el Mesías, cuya intención será redimir a toda la humanidad, y también será víctima de quienes no lo acepten. Así se nos invita, así se nos desafía en este tiempo del Adviento a acoger a Jesús, a convertir y preparar el corazón para su venida.

En el Evangelio de hoy tomado de Mt 17, 10-13 nos narra esos momentos inquietantes que vivieron los discípulos Pedro, Santiago y Juan, cuando bajaban del monte Tabor después de ver a Moisés y a Elías con Jesús en la transfiguración. Ellos le preguntaron: "¿Por qué dicen los Letrados que primero debe venir Elías?" Jesús les respondió: "Si, Elías debe venir a poner en orden todas las cosas; pero les aseguro que Elías ya ha venido, y no lo han reconocido, sino que hicieron con él lo que quisieron y lo mataron. Así del mismo modo el Hijo del Hombre va a sufrir a mano de ellos". Entonces comprendieron los discípulos que se refería a Juan Bautista.  Mt 17, 10-13.

Y es que los Letrados interpretaban las escrituras como a ellos les convenía, pues sostenían que si Jesús era realmente el Mesías esperado, debía ser precedido por Elías. Él eso  lo acepta, pero les dice que él ha de venir a restaurarlo todo, pero no revivido, sino como espíritu.

Hermanos, Dios siempre envía a personas que como emisarios deben cumplir con una misión. Y para llevarla a feliz término, hay que pasar por muchas dificultades (egoísmo, intereses personales, burlas, etc.). Pero nos advierte que estas situaciones no nos pueden desanimar ni enfriar dejando a un lado ese encargo, sino, antes por el contrario debemos llenarnos de la fuerza del Espíritu Santo y con ella seguir adelante avanzando para hacer visible en la humanidad, el Reino de Dios. 

Preguntémonos: ¿Me dejo llevar por las ideologías del mundo consumista o tengo las fuerzas necesarias para salir adelante y crear con la ayuda del Espíritu Santo una nueva convivencia humana?

Señor, danos la sabiduría para saber reconocerte entre nuestros hermanos más necesitados.

 
posted by Laureano García Muentes at 4:57 a.m. | Permalink |


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