miércoles, diciembre 07, 2022

"Bendice alma mía al Señor"...Salmo 103

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Miércoles 7 de Diciembre del 2022

El Evangelio hoy nos muestra un breve pero profundo mensaje. Jesús no nos dice que eliminará nuestros problemas, nos dice que nos aliviará porque la cruz nunca desaparecerá de nuestros hombros. No es lo mismo un sufrimiento sin sentido como un dolor con sentido. Debemos entender que Jesús nos llama sin exigirnos nada, sin condenarnos ni juzgarnos. Sólo espera que nosotros le entreguemos nuestro cansancio y agobio.

Jesús piensa en la liberación de todo lo que le rodea. Para quienes piensan que lo religioso es el lugar para su liberación, muchas veces se frustran porque les resultaba una fuente de esclavitud. Esta Palabra es muy oportuna para el hoy, en donde también pueden estar presentes formas de religiosidad que resultan pesadas y deprimentes. 

En el Evangelio de hoy tomado de Mt 11, 28-30, Jesús hace una llamada que va especialmente dirigida a los más débiles de la sociedad porque son a ellos, los que están más maltratados por el yugo imperante de las leyes y son enmudecidos para protestar y obligados a soportarlo todo. Él les dice: "Vengan a mi, los que están cansados y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mi, que soy tolerante y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su vida. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera" Mt 11, 28-30

Jesús ha estado viviendo de cerca la situación del pueblo judío, quienes por culpa de las prácticas religiosas y preceptos que les imponían los Fariseos, muchos se sentían asfixiados de ellas y hasta su vida social se les tornaba insoportable. 

El pueblo vivía temeroso y muy rígido a esa situación; por tanto, se sentían agobiados y fastidiados. Jesús les invita a que tomen su yugo y se dejen instruir por Él.

Quienes estamos dispuestos a seguir a Jesús, este Evangelio ofrece una gran enseñanza; pues quienes se deciden deben optar por tener los mismos sentimientos de Jesús y responder de la misma manera como Él lo hace con aquellos que viven agobiados por las normas y leyes, como también, los que están sometidos al olvido de los gobernantes y la sociedad: Sirviendo a los demás con Amor, Humildad y Sencillez.

Señor, venimos hoy ante Ti para pedirte ayuda. Tenemos el profundo deseo de acercar nuestro corazón al tuyo. Debemos confesarte que nos encontramos algo cansado de todo el ajetreo diario, de esa rutina que desgasta. Tú que dijiste: «Vengan a mí todos los que están fatigados y agobiados, y yo les daré alivio», aquí nos tienes. Tu que eres manso y humilde de corazón, haz que nuestros corazones sean semejante al tuyo.

 
posted by Laureano García Muentes at 4:44 a.m. | Permalink |


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