lunes, noviembre 28, 2022

"Vamos alegres a la casa del Señor "...Salmo 122

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Lunes 28 de Noviembre del 2022

Jesús, llegó hasta nosotros para que depositáramos en él nuestra confianza, al asegurarnos que además de ser hombre era el Hijo de Dios. “Creed en Dios y creed también mí”. Nos dio motivos más que sobrados para que pusiéramos en él, nuestro amor y nuestra confianza y, rendidos, le hemos dicho: “Te seguiré donde quiera que vayas”. Sabiendo que siempre nos llevará por los caminos que nos harán disfrutar de “vida y vida en abundancia”.

La buena fama de Jesús, de estar siempre a favor de todo hombre, curando las heridas del cuerpo y del alma, se extendió por los lugares que recorrió. Incluso esta buena fama llegó a los que no eran sus seguidores, como es el caso del centurión romano del que nos habla el Evangelio de hoy. 

El Evangelio de hoy tomado de Mt 8, 5-11 nos narra el episodio del Centurión que se postra ante Jesús para pedirle que cure a su siervo. El hecho ocurre cuando Jesús entra a Cafarnaún. Él se le acerca y le suplica diciéndole: "Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho" Él, le contestó: "Voy yo a curarlo". Pero éste le replicó: "Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: "Ve", y va; al otro: "Ven", y viene; a mi criado: "Haz esto", y lo hace". Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: "En verdad os digo que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe." Mt 8, 5-9.

Miremos algo muy importante: Ese Centurión era un hombre pagano que representaba el régimen Romano; y por ocupar ese cargo, el pueblo lo convierte en persona despreciable. Pero, desde el conocimiento de sus propias limitaciones y debilidades, saca un ejemplo como producto en el desempeño de su cargo para demostrarle a Jesús la grandeza de su fe y de su confianza; y Jesús, le responde con todo su amor porque ve en él, una firme esperanza de que algo sucederá.

Hermanos, este Centurión nos ha mostrado dos actitudes muy importantes que nos han de servir de una  gran enseñanza : La primera, a él lo ha movido la necesidad, la desesperación y la angustia; pues desea encontrar en Jesús, una solución. La segunda, es la Humildad que muestra cuando le dice a Jesús que no es digno de tener ese encuentro con Él.

Si, la enseñanza que nos deja es muy valiosa porque nos muestra el sentimiento que nos ha de impulsar para interesarnos por las demás personas y a querer ayudarlas, especialmente a las más necesitadas. Y eso se llama: caridad. pues ésta no debe estar limitada a nada; por lo tanto, no nos sintamos mejores que los demás, más bien estemos siempre prestos a aprender de esa gran inclinación que tuvo Jesús por los que sufren y necesitan.

Señor, nosotros no somos digno de que entres en nuestra casa, por eso te suplicamos que hoy nos dispongas para tu venida. Queremos que encuentres en nosotros un alma vacía de apegos y de preocupaciones superficiales y que esté abierta y dispuesta a acogerte y a vivir conforme a tu voluntad.
 
posted by Laureano García Muentes at 4:44 a.m. | Permalink |


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