martes, noviembre 22, 2022

"El Señor llega a regir la tierra"...Salmo 96

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Martes 22 de Noviembre del 2022

Los discípulos de Cristo no pueden permanecer esclavos de los temores y de las angustias, sino que están llamados a vivir la historia, a detener la fuerza destructiva del mal, con la certeza de que la ternura providencial y tranquilizadora del Señor acompaña siempre su acción de bien. Esta es la señal elocuente de que el Reino de Dios viene a nosotros, es decir, que la realización del mundo se acerca como Dios quiere. SS. Papa Francisco

En el Evangelio de hoy tomado de Lc 21, 5-11, Jesús acusa la admiración y el orgullo y lo hace en el Templo de Jerusalén cuando algunos hablaban de la hermosura del Templo que había sido construido con hermosas piedras y adornos que habían sido regalados por el Rey Herodes Antipas para su ornamentación. Él les dice: "Esto que veis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida." Le preguntaron: "Maestro, ¿Cuándo sucederá eso? Y ¿Cuál será la señal de que todas estas cosas están para ocurrir?" El dijo: "Mirad, no os dejéis engañar. Porque vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: "Yo soy" y "el tiempo está cerca". No les sigáis. Lc 21, 5-8.

Jesús anticipa lo que va a suceder con aquel magnífico Templo y la ciudad de Jerusalén como también, sorprende a sus discípulos y a la gente que le seguían con la expresión: "Días vendrán que no quedará piedra sobre piedra de todo esto que están admirando; todo será destruido" Lc 21,6.

Y miren: Jesús no era mago, ni adivino, no leía el Tarot, ni mucho menos las cartas. Él era un gran profeta. Y ser profeta es estar en sintonía con las señales de los tiempos y con el corazón del pueblo, especialmente con aquellos maltratados y apartados de la sociedad. Los más pequeños y excluidos. 

Hermanos, estas Palabras han de calar en nuestros corazones porque es una invitación al discernimiento para que a través de éste, podamos comprender donde está el Espíritu del Señor y donde se hace presente el espíritu del mal. 

Es tiempo de hacer silencio y estar atentos a leer y escuchar las palabras de Jesús teniendo cuidado a los apegos y a esa infidelidades mundanas. Caminemos con Jesús y esmerémonos en hacer lo que Él hace y nos enseña. 

Señor, concédenos la gracia de afianzar nuestra vida en Ti para que podamos ser verdaderos testigo y misionero de tu amor.
 
posted by Laureano García Muentes at 4:43 a.m. | Permalink |


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