miércoles, noviembre 16, 2022

"Santo, Santo, Santo es el Señor Dios, el todopoderoso "...Salmo 150.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Miércoles 16 de Noviembre del 2022

Jesús nos promete que después de nuestra muerte y resurrección, Dios será el único rey que reine en nuestra vida y todos sus contrarios serán aniquilados. Lo que nos pide durante nuestro trayecto terreno es que trabajemos con los talentos que de Dios hemos recibido. El nos pide “Negociad mientras vuelvo”. Pero no de cualquier manera, sino en la línea de Jesús, en la línea del amor, del perdón, de la fraternidad, de la sencillez, del desprendimiento…La única manera de que Dios sea el Rey de nuestro corazón.

En el Evangelio de hoy tomado de Lc 19, 11-28, Jesús quiso aclararle a la gente que le seguía la forma como se revelaría el Reino de Dios. Y hablándole les enseña a través de una parábola la forma como será esa manifestación y les dice: "Un hombre noble se marchó a un país lejano para conseguirse el título de rey, y volver después. Llamó a diez siervos suyos y les repartió una gran cantidad de dinero, diciéndoles: *“Negociad mientras vuelvo”. Pero sus conciudadanos, que lo aborrecían y enviaron tras de él una comisión encargada de decir: “No queremos que este sea nuestro rey”. Cuando regresó de conseguir el título real, mandó llamar a su presencia a los siervos a quienes había dado el dinero, para enterarse de lo que había ganado cada uno. El primero se presentó y dijo: “Señor, tu dinero ha producido diez más”. Él le dijo: "Muy bien, siervo bueno; ya que has sido fiel en lo pequeño, recibe el gobierno de diez ciudades”. El segundo llegó y dijo: “Tu dinero, señor, ha rendido cinco veces más”. A ese le dijo también: “Pues toma tú el mando de cinco ciudades”. El otro llegó y dijo: “Señor, aquí está tu dinero, lo he tenido guardado en un pañuelo, porque tenía miedo, pues eres un hombre exigente que retiras lo que no has depositado y siegas lo que no has sembrado”. Él le dijo: “Por tu boca te juzgo, siervo malo. ¿Conque sabías que soy exigente, que retiro lo que no he depositado y siego lo que no he sembrado? Pues ¿por qué no pusiste mi dinero en el banco? Al volver yo, lo habría cobrado con los intereses”. Entonces dijo a los presentes: “Quitadle a este el dinero y dádselo al que tiene diez veces más”. Le dijeron: “Señor, ya tiene diez más”. Yo les digo: *“Al que tiene se le dará, pero al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. Lc 19, 11-26.

Hermanos, este relato de hoy es una ayuda para que nosotros tomemos conciencia de la importancia de hacer fructificar los dones y talentos que Dios nos confiado. El secreto está en el hacerlos desarrollar y producir.

Así como nos lo relata el Evangelio, Dios nos llama como servidores y nos encarga la responsabilidad de hacerlos producir hasta que Él vuelva; y esa tarea es la que tú y yo tenemos como discípulos de Jesús: Predicar a tiempo o destiempo la doctrina del Reino de Dios a todos los hombres en todos los momentos y lugares donde el Espíritu Santo nos inspire. 

Pidámosle al Señor que nos siga aumentando y fortaleciendo la esperanza y la confianza para seguir arriesgando la vida por las verdades del Reino.

Señor, enséñanos a ser fieles y a multiplicar para el bien de todos los hombres los dones con los que has enriquecido nuestras vidas, para poder así, amarte más y mejor a Ti y a todos los demás, especialmente aquellos que están más cercanos y necesitados de tu amor.

 
posted by Laureano García Muentes at 4:23 a.m. | Permalink |


0 Comments:


<body>