lunes, noviembre 07, 2022

"Estos son los que buscan al Señor"...Salmo 24.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Lunes 7 de Noviembre del 2022

Jesús nos invita a abandonar los resentimientos; y cuando alguien nos ofenda, si nos dice que se arrepiente, no tengamos reparo en brindarle nuestro perdón, no nos dejemos llevar por el resquemor, tengamos un corazón abierto a aceptar las disculpas de nuestro hermano, cuando nos las ofrece.

Sólo debemos recordar la frase de Jesús en la cruz "perdónalos porque no saben lo que hacen”; por muy grave que sea la ofensa que nos han hecho ¿no es mayor el suplicio al que sometieron a Cristo en el Gólgota? 

En el Evangelio de hoy tomado de Lc 17, 1-6, Jesús hablándole a sus discípulos, da a conocer cuáles han de ser las exigencias más importantes para los deseen entrar a formar parte en la comunidad que Él propone, y les dice: Hay que evitar los escándalos, perdonar siempre al hermano y acrecentar la fe. ¡Ay del que los provoca!, porque, más le valdría que le ataran al cuello una piedra de molino y la arrojaran al mar, antes de escandalizar a uno de estos pequeños. Y les recalca: Estén en guardia: Si tu hermano peca, repréndelo; si se arrepiente, perdónalo. Si siete veces al día te ofende y siete veces vuelve a ti diciendo que se arrepiente, perdónalo". Los apóstoles le dijeron al Señor: "Auméntanos la fe" y Él les dijo: "Si tuvieran fe como una semilla de mostaza, dirían a esta morera: "Arráncate de raíz y plántate en el mar", y les obedecería". Lc 17, 1-6.

Este Evangelio nos está invitando a no hacer difícil el perdón, pues la corrección fraterna no ha de ser tan rígida porque podría desanimar al que ha caído en la falta. Tengamos  presente que "el hermano" a quien señalamos ya no es aquel prójimo sin cara y sin nombre, sino aquel que conocemos, amamos, tratamos y hasta ese con quien trabajamos para construir la sociedad que soñamos. De él, conocemos sus virtudes y sus debilidades. 

Muchas veces queremos ser unos jueces implacables para calificar o condenar  a aquellos que se equivocan. Por ello, no podemos ser tan drásticos para así crear la confianza y la conciencia de que tanto él como nosotros nos necesitamos como amigos. 

Pidámosle al Espíritu Santo que nos ayude a superar todas las dificultades y contratiempos y aumente en nosotros la Fe para tener cada vez más una adhesión a Jesús en su modo de vida y lo que enseña. 

Señor, no permitas que el resentimiento, el enojo o la ira dominen nuestro interior danos un corazón misericordioso como el tuyo y que sea como el de un niño, humilde y sencillo y siempre dispuesto al perdón.

 
posted by Laureano García Muentes at 4:31 a.m. | Permalink |


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