sábado, octubre 29, 2022

"Mi alma tiene sed de Dios vivo"... Salmo 42

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Sábado 29 de Octubre del 2022

Elegir los primeros puestos es ponerse a uno mismo delante de todo; es querer supeditarlo todo a las propias comodidades; es querer ser servido en lugar de servir; ser ensalzado en lugar de mostrarse disponible; ser amado antes de amar, o bien ponerse al final para no amar, para no servir. Elegir el primer puesto, en definitiva, significa anteponerse a cualquier otra cosa. Se comprende que no es cuestión de sillas, sino más bien del estilo de vida y del corazón.

En el Evangelio de hoy tomado de Lc 14, 1. 7-11, nos narra un suceso que ocurre un día sábado cuando Jesús entró a comer en la casa de uno de los principales de ellos. Él se puso a observar como elegían los puestos de honor y entonces, les hace la siguiente enseñanza: "Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y vendrá el que os convidó a ti y al otro y te dirá: "Cédele el puesto a éste." Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto. Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que, cuando venga el que te convidó, te diga: "Amigo, sube más arriba." Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido" Lc 14, 1. 7-11.

Y como siempre, los Fariseos estaban a la expectativa observando con atención lo que Jesús hacía para ver si faltaba a la ley y más, un día sábado para señalarlo y tener justificación para juzgarlo.

Ellos se habían acostumbrado por su posición religiosa y social a ocupar en todas las reuniones o eventos donde asistían los primeros puestos (Los puestos honor). Y lo hacían para que fuesen honrados o reconocidos por los demás asistentes.

Pero...Jesús interviene y les quiere dar una lección para que entendieran que en la práctica debe prevalecer ante todo la humildad y la sencillez.

Hermanos, el subir o ascender a puestos de honores que no merecemos pueden causarnos disgustos, porque quien es ambicioso nunca obtiene lo que desea, sino que siempre será rechazado y condenado. 

Pidámosle al Espíritu Santo que siempre tengamos en cuenta lo que Jesús nos enseña hoy cuando dice que, quien es humilde, se hace grande a los ojos de Dios.

Gracias Señor por llamarnos a la humildad, a reconocer nuestra debilidad y estar conscientes que eres el Todopoderoso; el Dios de lo imposible. Gracias por la alegría de llevar a tus plantas a nuestra familia, descendencia y todos los que nos unimos en oración y tener la certeza que solo a tus pies son victoriosos.
 
posted by Laureano García Muentes at 5:43 a.m. | Permalink |


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