martes, octubre 25, 2022

"Dichosos los que temen al Señor"...Salmo 128.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Martes 25 de octubre del 2022

El misterio del crecimiento del Reino es tan pequeño, que a veces podemos pensar que no está ocurriendo nada, o que Dios no está actuando en la historia. Pero nos equivocamos porque el Reino de Dios, quizás lo estamos imaginando desde la grandeza, pero Jesús nos hace caer en la cuenta que está en las cosas simples de la vida, a las que no prestamos atención. Y miren, Jesús centra nuestra mirada en ellas y nos invita a cuidar la espiritualidad de lo cotidiano. 

En el Evangelio de hoy tomado de Lc 13, 18-21, Jesús le habla a la gente de una manera clara y precisa como es el Reino de Dios; y utilizando una parábola, les dice: "¿A qué se parece el reino de Dios o a qué lo compararé? Es semejante a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; creció, se hizo un árbol y los pájaros del cielo anidaron en sus ramas". Y dijo de nuevo: "¿A qué compararé el reino de Dios? Es semejante a la levadura que una mujer tomó y metió en tres medidas de harina, hasta que todo fermentó" Lc 13,18-21.

Jesús quiere hacerle ver a los que le seguían que el Reino de Dios es una realidad y que ya estaba presente entre todos. Que tiene una apariencia insignificante, casi invisible; y para conocerlo y comprenderlo, hay que discernir para descubrir su esencia.

Hoy  Él utiliza en su enseñanza una simple semilla de mostaza como un símbolo para darnos a entender la grandeza de la fuerza misteriosa de Dios que lleva por dentro una simple semilla, la cual  posee una capacidad generativa tan grande para realizar su desarrollo y extensión.

Si, así, es el Reino de Dios que Jesús predica. Un Reino  que posee el poder del creador que libera y transforma los corazones de los hombres. 

Hermanos, este Evangelio de hoy sea para ti y para mi un motivo de esperanza sobre todo en esos momentos difíciles que vivimos donde podríamos pensar que Dios se ha olvidado de nosotros. Recordemos siempre, que Él siempre está en lo profundo de nuestros corazones y conoce nuestras necesidades y no deja un instante de escuchar nuestras oraciones.

Señor, creemos en Ti, pero danos una fe que no cuestione ni pida señales. Confíanos en Ti, pero ayúdanos a seguirte aunque no nos gusten las exigencias del camino. Te queremos, pero necesitamos que con esta oración se fecunde la semilla de tu amor en nosotros y crezca nuestra Fe vigorosamente.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:22 a.m. | Permalink |


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