"El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios"... Salmo 45.

Miércoles 9 de Noviembre del 2022

El tema del Templo y la ira del Señor que nos narra el Evangelio de hoy, son los referentes que hoy invitan a la coherencia, a la verdad… al reconocimiento de que nuestra opción creyente no es un accesorio o un elemento en segundo plano, sino más bien una realidad que debe empapar lo que somos y hacemos.

Hoy se celebra la fiesta de la dedicación de la Basílica San Juan de Letrán. Primera Basílica que tuvo nuestra Iglesia Católica. En tiempos del Emperador Constantino se la concedió a los cristianos, regalándola al Sumo Pontífice San Silvestro quien la convirtió en templo el 9 de noviembre  del año 324 DdeC. Esta edificación era un palacio que perteneció a la familia que llevaba el nombre de Letrán. Y se constituye como la Madre y Cabeza de todas de las Iglesias del mundo.

En ella, fue Beatificado el 15 de Mayo del 2021 el fundador de la Sociedad del Divino Salvador (Familia Salvatoriana) Beato Francisco María de la Cruz Jordán.

El Evangelio de hoy tomado de Jn 2, 13-22, nos dice que: unos días antes de celebrarse la Pascua de los Judíos, Jesús encontró dentro del recinto del templo a vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los que cambiaban dinero. Se hizo un látigo de cuerdas y expulsó a todos del templo; esparció las monedas de los que cambiaban dinero y volcó las mesas; a los que vendían palomas les dijo: "Saquen eso de aquí y no conviertan la casa de mi Padre en un mercado" Jn 2,  13-16.

Este texto hace referencia a la acción profética de Jesús al purificar el Templo de Jerusalén que estaba convertido en centro de explotación por parte de los religiosos judíos. Él les recuerda que el Templo es la casa de Dios. Un lugar para el culto, el rezo, para alabar y dar gracias a Dios, por lo tanto, ese lugar exige de respeto y en él, se ha de mantener una relación íntima con Él.

Hermanos, el tema de hoy (El templo y la ira de Jesús) nos están invitando a vivir la coherencia, la verdad; reconociendo que al creer y tener una fe no es un accesorio más de nuestra religión o algo que se cataloga en un segundo plano, sino una realidad que debe empaparnos nuestra Identidad cristiana en lo que somos y hacemos. 

Que este Evangelio de hoy nos aliente y nos ayude a que tomemos decisiones firmes e importantes frente a todas aquellas que no nos dejan avanzar en el hacer a Dios centro de nuestras vidas.