jueves, noviembre 10, 2022

"Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob "...Salmo 146.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Jueves 10 de Noviembre del 2022

El Resucitado vive en el mundo de Dios, donde hay un lugar para todos, donde se está formando una nueva tierra y se está construyendo la ciudad celestial, la morada definitiva del hombre. No podemos imaginar esta transfiguración de nuestra corporeidad mortal, pero estamos seguros de que mantendrá nuestros rostros reconocibles y nos permitirá seguir siendo humanos en el cielo de Dios. SS Papa Francisco (Audiencia General, 24 agosto 2022)

En el Evangelio de hoy tomado de , Jesús le pide a sus discípulos que no se dejen impresionar ni transformar sus mentes y corazones por los falsos profetas, aunque por ello, sobrevenga la muerte. Y ello  lo dice ante el acoso de los Fariseos,  quienes hipócritamente le preguntaban cuándo llegaría el Reino de Dios. Entonces les dice: "El Reino de Dios no vendrá espectacularmente, ni anunciarán que está aquí o está allí; porque mirad, el reino de Dios está dentro de vosotros." y le dijo a sus discípulos: "Llegará un tiempo en que desearéis vivir un día con el Hijo del hombre, y no podréis. Si os dicen que está aquí o está allí no os vayáis detrás. Como el fulgor del relámpago brilla de un horizonte a otro, así será el Hijo del hombre en su día. Pero antes tiene que padecer mucho y ser reprobado por esta generación" Lc 17, 20-25.

Miren, era ya característico en los Fariseos señalar de manera ofensiva a Jesús y lo hacían con palabras y hechos, pero Jesús que era tan sereno y extremadamente humilde no les respondía con injurias sino con enseñanzas y experiencias de vida.

Como lo podemos percibir en este Evangelio, Jesús les advierte que el Reino de Dios no es un Reino de emperadores,  ni de  palacios, ni mucho menos de ejércitos, sino un Reino sutil que muchas veces pasa desapercibido por quienes se muestran desinteresados de conocerlo y aceptarlo.

Y... les dice con toda autoridad y sabiduría que su trono se hace una realidad entre los hombres que tuviesen un corazón dispuesto a aceptarle y seguir su ley principal: El amor acompañado de la bondad, la caridad y la misericordia. 

Hermanos, como seguidores de Jesús entendemos que el Reino de Dios es esa fuerza vigorosa que nos recrea el alma y nos transforma en hombres nuevos y libres. Por ello, les invito a que nos preguntemos: ¿Siento que voy descubriendo la presencia del Reino de Dios en mi vida?

Señor Jesús, para vivir unidos a Ti de modo real, personal y constante, necesitamos alimentar esta unión por medio de la vida de gracia y la identificación de nuestra voluntad con la tuya. Danos esa fuerza y que tu Espíritu Santo nos ayude a lograrlo.

 
posted by Laureano García Muentes at 4:50 a.m. | Permalink |


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