jueves, noviembre 24, 2022

"Bienaventurados los invitados al banquete de bodas del cordero"...Salmo 100.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Jueves 24 de Noviembre del 2022

Es bueno escuchar esta palabra de aliento: animarse y alzar la cabeza, porque precisamente en los momentos en que todo parece acabado, el Señor viene a salvarnos; esperarlo con alegría incluso en medio de las tribulaciones, en las crisis de la vida y en los dramas de la historia. Esperar al Señor. Pero, ¿Cómo levantar la cabeza, cómo no dejarse absorber por las dificultades, los sufrimientos y las derrotas? Jesús nos muestra el camino con una fuerte llamada: "Estén atentos para que sus corazones no se agobien. Estén atentos orando en todo momento” SS. Papa Francisco.

El Evangelio de hoy tomado de Lc 21, 20-28, Jesús le habla a sus discípulos acerca de su venida y les dice: "Cuando vean a Jerusalén sitiada por ejércitos, sabed que entonces está cerca su destrucción. Entonces los que estén en Judea, que huyan a los montes; los que estén en medio de Jerusalén, que se alejen; los que estén en los campos, que no entren en ella; porque estos son “días de venganza” para que se cumpla todo lo que está escrito." Lc 21, 20-22.

Hermanos este Evangelio  nos ayuda a pensar, a estar prevenidos y preparados para el fin de los tiempos. 

Miren, más allá de todos los sucesos que se describen en este Evangelio: el caos y los sufrimientos, los temores, las depresiones e incapacidades y martirios, Jesús vendrá con poder y gloria a rescatarnos, liberarnos y salvarnos. Para ello, no podemos perder la esperanza y esa esperanza la logramos fortalecer a través de las Santas Escrituras. 

Ante todas las dificultades y desgracias que a diario suceden en el mundo donde creemos que ese tiempo final se acerca, no perdamos de vista la cruz donde Jesús nos liberó de la muerte del pecado, por tanto, levantemos la cabeza y reconozcamos que nosotros mismos estamos resucitados en Cristo y que esa cruz es la puerta de la liberación.

Por la puerta estrecha de la cruz logramos la libertad, perdemos el miedo a sufrir y abrimos  nuestra esperanza para participar en gran banquete de bodas del Cordero. 

Señor, ayúdanos a ver todos los sucesos de nuestra vida en la perspectiva de la eternidad. Ver todo con tu mirada, para saber qué es lo que realmente tiene valor. Sólo al final de nuestra vida podré confirmar que todo tiene sentido y que la lucha por vivir el Evangelio vale la pena, pero ahora sabremos que nunca nos vamos a arrepentir de lo que hayamos hecho por amor a Ti. 

 
posted by Laureano García Muentes at 4:22 a.m. | Permalink |


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