lunes, diciembre 12, 2022

"Cuenten las maravillas del Señor a todas las naciones"...Salmo 96.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Lunes 12 de Diciembre del 2022

El Evangelio hoy nos muestra cómo la Virgen María, enterada del embarazo de Isabel y ya en estado de buena esperanza, se pone inmediatamente en camino. Así se evidencia el dinamismo de la fe, pues lo que moviliza a María no es la incredulidad, es decir, el deseo de cerciorarse del milagro ocurrido a Isabel, sino la fe en el anuncio del ángel, la certeza de que Isabel está ya en el sexto mes de su embarazo. La mueve el amor, el deseo de servir, y también el deseo de compartir con alguien que sabrá comprender muy bien su inmensa y desbordante alegría, el gozo exultante que experimenta por la Presencia encarnada del Verbo divino en su seno.
Hoy celebra la Iglesia la Aparición de la Santísima Virgen de Guadalupe en el cerro de Tepeyac (México) en 1531en tres ocasiones siendo la última el día 12 de diciembre del mismo año. Imagen que quedó registrada en un Ayate o pendón que se encuentra expuesto en la Basílica de Guadalupe ubicada en las faldas del cerro al norte de la ciudad de México.

Dice el texto del Evangelio de Lc.1, 39-45 que cuando Isabel oyó el saludo de María, la criatura dio un salto en su vientre; Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó con voz fuerte: "Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Mira, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura dio un salto de gozo en mi vientre. ¡Dichosa tú que creíste! Porque se cumplirá lo que el Señor te anunció." Lc 1, 39-45.

El amor que sentía María era inimaginable luego de haber aceptado la voluntad de Dios; y sin medir distancia toma la decisión de ir sola por el desierto y se olvida de sí misma para hacerse  servidora de los demás. 

Que gesto tan grande realiza  María. Primero muestra una total confianza a la promesa que había recibido de parte de Dios. Y segundo, sale a anunciar a su prima Isabel la sublime noticia de su embarazo.

Hermanos: María desde su fe se constituye en un ejemplo digno de imitar. Ella   acogió en su corazón la Palabra de Dios y como madre expectante y creyente, nos muestra la grandeza que se adquiere cuando existe la absoluta confianza en Dios.

María hoy imprime la fuerza y valor a nuestro discipulado para salir a prisa para llevar a todas las personas, sin importar clases sociales o religión, el anuncio de la Buena Nueva de Dios.

«María, háblanos de Jesús, para que el frescor de nuestra fe brille en nuestros ojos y caliente el corazón de aquellos con quienes nos encontremos, como tú hiciste al visitar a Isabel que en su vejez se alegró contigo por el don de la vida». (Benedicto XVI, Oración a la Virgen de Loreto, 14 de febrero de 2007).
 
posted by Laureano García Muentes at 5:18 a.m. | Permalink |


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