miércoles, septiembre 14, 2022

"No olviden las acciones del Señor."...Salmo 78.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Miércoles 14 de Septiembre del 2022

La cruz de Cristo es la cruz “en la que se muere para vivir; para vivir en Dios y con Dios, para vivir en la verdad, en la libertad y en el amor, para vivir eternamente”, como bien lo señalaba el Papa San Juan Pablo II.

Escuchemos a Jesús decirnos por primera vez “porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él”. A la luz de este mensaje, de esta experiencia, seamos hoy nosotros los Moisés del siglo XXI. Que Jesús nos use de intermediarios para transmitir su palabra, y qué mejor manera que hacerlo dando un ejemplo correcto de vida cristiana a nuestro entorno, sea este la familia, el trabajo o los amigos. Vivamos con exaltación y busquemos responder nuestras inquietudes en Cristo, El Crucificado… El Resucitado.

Hoy la Iglesia celebra "La Exaltación de la Santa Cruz  y con ella resalta la veneración a las reliquias de la cruz donde murió Jesús que se encuentran en Jerusalén. Ella es símbolo de la Libertad y del amor de Jesús por la humanidad.

El Evangelio de hoy tomado de Jn 3, 13-17, nos presenta una parte del dialogo que sostuvieron Jesús con Nicodemo en el que Él, le anuncia de manera anticipada su crucifixión. 

Nos dice el texto del Evangelio que Jesús le dice a Nicodemo: "Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en Él tenga vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en Él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él. El que cree en Él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios." Jn 3, 13-17.

Jesús pone de ejemplo a Moisés y a través de Nicodemo le hace una promesa a todos aquellos que le siguen para que alcancen la meta: Seguir el camino de la cruz. Y con ello, quiere mostrar a la humanidad que el sufrimiento por sí mismo no sirve para nada si no se hace teniéndole a Él presente, es decir,  Jesús nos abre los caminos para que los pesares y momentos difíciles que vivamos se hagan más livianos. 

Hermanos: La cruz no es ese Madero que representa la crueldad de la muerte de Jesús, ¡No! Ella, ha de ser la guía de nuestra vida.

El Ser de un Cristiano es seguir a Jesús vivo, crucificado y resucitado, ¿porqué rehusar seguir sus huellas? Tenemos que entender que desde el amor se hace posible convertir en alegría las mayores angustias que vivamos.

Que en este día, al mirar la cruz, no solo podamos descubrir la grandeza del amor de Dios sino, cual será nuestro compromiso con el anuncio del Evangelio que da la vida y nos llena del amor eterno, para así ir avanzando al lado de Jesús y poder alcanzar su promesa: La vida Eterna. 

Gracias Señor porque cargaste con nuestros pecados, debilidades y nos invitas a morir a nosotros mismos para vivir para Ti. A los pies de tu Cruz dejamos nuestra familia, descendencia y todo el que se une a esta oración creyendo que al mirarte quedarán extasiados y se levantarán presurosos a seguirte. Inclinando nuestro oído a las palabras de tu boca, recibimos tus bendiciones en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
 
posted by Laureano García Muentes at 5:23 a.m. | Permalink |


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