domingo, septiembre 11, 2022

"Me levantaré, me pondré en camino a donde está mi Padre"...Salmo 51.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Domingo 11 de Septiembre del 2022

Dios, en su infinita bondad, no cesa de colmarnos de sus gracias y hasta cumple con nuestros caprichos. No importa si le agradecemos o no. Lo más hermoso es ver que Dios no se cansa y por mucho que nos alejemos de Él, cuando deseamos volver, ahí está con los brazos abiertos esperándonos con un corazón lleno de amor.
Dios es el Pastor que se alegra al encontrar la oveja perdida. Él es el Padre misericordioso que espera a su hijo perdido con grandes ansias, le perdona cualquier falta cuando ve un verdadero arrepentimiento y lo llena de su amor. 

En el Evangelio de hoy tomado de Lc 15, 1-32, Jesús le enseña a los Escribas y Fariseos lo que significa el amor a Dios: Un Dios de Amor que se transforma en Misericordia.

Haciendo un resumen muy breve del texto del Evangelio (La Parábola del Hijo Prodigo o también, la del Padre Bueno) podemos ver en ella al hijo menor de una familia,  que le dice a su padre: "Dame la parte que me toca de la herencia" Lc 15, 12. Quiere ser libre, disfrutar la vida y romper todas las ataduras a que viene viviendo en casa. El padre accede a su petición sin hacerle ninguna contradicción y le da su parte al hijo, quien sale de inmediato de su casa a vivir su fantasía. 

Así, se marcha a país lejano y se instala en una ciudad donde vive una vida desordenada y allí, convierte su vida en un drama pues se gasta todo lo que recibió e inicia un tiempo terrible de ansiedad y hambre y solo sobrevive cuidando cerdos como esclavo de un extraño.  

Al verse en esa situación, comenzó a extrañar su antigua vida y reconoce su error y se dice para si: "Yo aquí me muero de hambre, a cuantos jornaleros de mi padre les sobra el pan. Me pondré en camino a casa de mi padre y le diré: Trátame como uno de tus jornaleros" y se puso en camino hacia la casa de su padre. Lc 15, 17-20.

Esta parábola de hoy, expresa la gran Misericordia de Dios sobre el pecador que se arrepiente. En ella se muestra el modo y la forma fácil en la que un hombre cae en el pecado y se hace esclavo de este, hasta alcanzar una vida miserable. 

Pero, hay algo muy importante: El arrepentimiento y el deseo del regreso a la casa de Dios. Y allí, se logra encontrar con su infinita Misericordia y el Perdón. 

Hermanos: ¿Cuántas son las veces que ese Dios tan bueno nos ha recibido en sus brazos y nos  ofrece la reconciliación, el perdón y la paz? 

Somos pecadores pero en ti y en mi esta la decisión de regresar a la casa y dejarnos abrazar por el Padre con sencillez, humildad y confianza.

Hoy aún cuando estemos lejos de ti, fijas tu mirada en nuestro interior, reconoces nuestra debilidad y movido en misericordia nos haces fuertes, nos haces nuevo, nos regalas un nuevo corazón porque somos tu perla preciosa. Se conmueven tus entrañas ante las necesidades espirituales y materiales de nuestra familia, descendencia y todo el que se une a esta oración, las suples y les das de lo mejor de tu casa. Gracias Señor

 
posted by Laureano García Muentes at 5:58 a.m. | Permalink |


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