viernes, septiembre 02, 2022

"El Señor es quien salva a los justos"...Salmo 37.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Viernes 2 de Septiembre del 2022

Aunque no nos parezca tan claro, es necesario ser conscientes que en este relato evangélico, hay en juego algo muy serio, mucho más serio de lo que a primera vista parece. Esto es: el “ayuno”, previo a Jesús, tenía un sentido de preparación a la venida del Mesías. Entonces... ¿ahora, qué? Ésta es la cuestión. Para Jesús -él mismo se declara Mesías- no tiene sentido el objetivo del ayuno, porque el Novio está ya presente. Aceptar a Jesús o no como Mesías y enviado de Dios: ésta es la cuestión de fondo. Aceptar a Jesús como ese enviado de Dios supone una novedad radical, y supone cambiar el estilo de vida. No es sólo cuestión de remiendos o arreglos de fachada; supone “traje nuevo”. 

El Evangelio de hoy tomado de Lc 5, 33-39, nos dice que Jesús sostienen una discusión con las autoridades religiosas de esa época y el tema es a cerca de la práctica del ayuno. Ellos le dicen: "Los discípulos de Juan ayunan a menudo y oran, y los de los fariseos también; en cambio, los tuyos, a comer y a beber". Jesús les dijo: "¿Acaso podéis hacer ayunar a los invitados a la boda mientras el esposo está con ellos? Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, entonces ayunarán en aquellos días". Les dijo también una parábola: "Nadie recorta una pieza de un manto nuevo para ponérsela a un manto viejo; porque, si lo hace, el nuevo se rompe y al viejo no le cuadra la pieza del nuevo. Nadie echa vino nuevo en odres viejos: porque, si lo hace, el vino nuevo reventará los odres y se derramará, y los odres se estropearán. A vino nuevo, odres nuevos.". Lc 5, 33-38.

Miremos algo importante: El ayuno es una costumbre que viene desde tiempos antiguos y es practicado no solo por nuestra religión. 

Jesús antes de iniciar su vida pública lo practicó cuando se retiró al desierto durante cuarenta días. 

Hermanos, hoy es muy significativa esta exhortación que nos hace Jesús en la que nos invita a no ser como esa gente fanática religiosa que se oponía al gozo que vivían los discípulos. Él quiere que estemos siempre abiertos y dispuestos a seguir los caminos nuevos y a que nos adaptemos a las exigencias que se nos piden.

Seamos pues, discípulos que viven llenos de gozo y con gran alegría de tener a Jesús como fuente de vida nueva.

Señor, queremos ser odres nuevos, donde el vino del amor, la alegría, el gozo, estén en nosotros; donde permanezca el deseo de amarte, servirte y seguirte; donde seas ese manantial de agua viva que sacia nuestra sed. Tu eres el mejor vino que hoy prueba nuestra familia, descendencia y todo el que se une a esta oración, el vino de tu sangre que sana, libera, limpia, restaura; una sola gota de tu sangre bastará para hacerlos hombres nuevos en Cristo Jesús.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:02 a.m. | Permalink |


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