jueves, agosto 25, 2022

"Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi Rey"...Salmo 145.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Jueves 25 de Agosto del 2022

La palabra clave de la lectura del evangelio de hoy es VELAD. Hoy estamos sumergidos en un mundo de inseguridad que alarma a buena parte de los ciudadanos. Las guerras, el terrorismo, el azote de la inseguridad ciudadana, el peligro de la delincuencia, el desbordamiento de los fenómenos naturales, la amenaza de la enfermedad, la crisis económica, entre muchas otras, son algunas de las situaciones que amenazan nuestra paz.

La vigilancia permanente se consigue con la práctica constante de la oración y con el examen de conciencia. La fuerza nos la dan el Espirita Santo, la Eucaristía, la lectura y meditación de la Palabra. El premio consiste en tener paz en el alma, serenidad en nuestra mente y felicidad en el corazón.

En el Evangelio de hoy tomado de Mt 24, 42-51, Jesús nos enseña A estar prevenidos y preparados para el final de los tiempos y dirigiéndose a los discípulos, les dice: "Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría que abrieran un boquete en su casa. Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre" Mt 24, 42-44.

El texto del Evangelio nos dice también que El Señor se mostrará dichoso cuando al llegar, nos encuentre ocupados en este trabajo, y ello nos indica que no solo es la preocupación de Él sino de todos aquellos que están al servicio de Él y que cumplen con su tarea.

Hermanos, es este un momento para preguntarnos: ¿Cómo me estoy preparando para la venida de nuestro Señor?, ¿Qué debo cambiar de mi vida antes de que llegue ese día y esa hora?

El llamado que nos recuerda  una vez más en el día de hoy, no es para crear el desespero, ni pretende angustiarnos, sino a que tengamos una prudente espera en paz y serenidad de espíritu. 

Señor, que llenaste los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo; concédenos que, guiados por el mismo Espíritu, sintamos la urgencia de estar siempre preparados, viviendo de cara a la eternidad y que esta oración nos capacite para conocerte, encontrarte y amarte.
 
posted by Laureano García Muentes at 5:44 a.m. | Permalink |


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