martes, agosto 16, 2022

"Yo doy la muerte y la vida" Dt 32.

REFÑEXION AL EVANGELIO DE HOY

Martes, 16 de Agosto del 2022

Todos los cristianos estamos llamados de alguna manera a dejar ese "todo" y ese todo comienza por dejarse a uno mismo. Cuando Jesús nos llama a amar más, nos invita a una entrega más plena y consciente y lo primero que debemos hacer es rechazar el egoísmo de nuestra vida.

El Evangelio de hoy tomado de Mt 19, 23-30 nos habla de la relación humana con los bienes y la dificultad de que un rico pueda entrar en el Reino de Dios. 

Dice el texto que Jesús le dijo a sus discípulos: "En verdad os digo que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Lo repito: más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de los cielos". Al oírlo, los discípulos dijeron espantados: "Entonces, ¿Quién puede salvarse?". Jesús se les quedó mirando y les dijo: "Es imposible para los hombres, pero Dios lo puede todo". Mt 19, 23-26.

Jesús quiere exhortarnos hoy a cerca del peligro al que estamos expuestos cuando las riquezas se convierten en algo muy importante en la vida, por que ellas estimulan el odio, la aversión, la desconfianza y el desprecio hacia los demás dejando de lado a Dios, pues estas nos invitan a adorar falsos dioses que de manera aparente brindan seguridades (el dinero, el poder y las vanidades).

Hoy nos advierte sobre el uso indebido de ellas, porque cuando estas son utilizadas de manera egoísta no nos permiten tener en cuenta a los más necesitados y desprotegidos.

Es preciso entonces hermanos el no perder de vista nuestra aspiraciones personales como seguidores de Jesús aunque nos cueste mucho separarnos de las cosas materiales, pues se nos hace muy importante lograr vivir las obras de misericordia, que nos enseña Jesús, para así, llegar a vivir a plenitud el Reino de Dios que Él nos propone. 

Jesús, que este encuentro contigo te pedimos que nos ayudes a concretar nuestra generosidad. Queremos vivir con esa apertura en todas las circunstancias de nuestra vida, especialmente en las que requiera un especial desprendimiento de nuestro propio ser.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:37 a.m. | Permalink |


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