"¡No olvides las acciones de  Dios!"* Salmo 78.

Jueves 11 de Agosto del 2022

La enseñanza que hoy nos enseña  Jesús se encuentra no sólo en el número ilimitado de las veces que se debe conceder el perdón al hermano que nos ofende, sino en la calidad misma del perdón que hemos de conceder. Se trata de un perdón que no se reduce a una fórmula o a una mal disimulada obligación de perdonar porque no se puede hacer otra cosa. La calidad del perdón incide en su mismo sentido. Debe tener la calidad del perdón de Dios, y debe llegar al corazón, lugar de la verdad, de los sentimientos y de las venganzas, del amor verdadero y del perdón sincero. Un corazón que perdona es un corazón misericordioso. 

En el Evangelio de hoy tomado de Mt 18, 21-22, Jesús nos enseña a Perdonar al hermano de corazón y no de acuerdo al tipo de falta o la gravedad de las ofensas.

El texto nos dice que Pedro le preguntó a Jesús:  "Señor, si mi hermano me ofende, ¿Cuántas veces tengo que perdonarlo?¿Hasta siete veces?" . Jesús, le contestó: "No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete " Mt 18, 21-22.

Hermanos, la enseñanza de este Evangelio nos hace volver la mirada hacia esa Misericordia de Dios cuando recibe en su casa al hijo que se había ido con la herencia y la había malgastado (El Hijo Pródigo. Lc 15, 11-32), Él, a pesar de todas las cosas, lo perdona infinitamente y le da la oportunidad para empezar de nuevo. 

No olvidemos que el perdón es una gracia que solo Dios sabe conceder; y es ella, la que más debemos pedir al Espíritu Santo porque nos ayuda a purificar nuestros corazones, nos renueva el alma y nos lava. El perdón llena de salud y transforma nuestro corazón rencoroso y nos acerca a Dios quien nos enseña a ser misericordiosos.