miércoles, agosto 03, 2022

"El Señor nos guardará como un pastor a su rebaño"...Jer 31.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Miércoles 3 de Agosto del 2022

Este relato evangélico de hoy apunta más allá de lo que a primera vista aparece. Jesús, abriéndose a pueblos “paganos”  acoge la súplica de la mujer extranjera. Con ello, introduce como criterio de religiosidad la actitud interior del corazón y no precisamente el cumplimiento estricto de la ley. La “impureza” no está al exterior, sino que se encuentra en el corazón del hombre/mujer. Aquí se está produciendo un paso significativo: la salvación que nos ofrece Jesús, es para todos lo que se ABREN al don de Dios. 

El Evangelio de hoy tomado de Mt 15, 21-28 nos trae un suceso: El de una mujer de Canaán, quien sola y desesperada sale al encuentro de Jesús y le gritaba pidiéndole que tuviera compasión de ella como de su hija quien se encontraba enferma y desquiciada por poseer un demonio muy malo.

Jesús, no le respondió una sola palabra; y entonces, se le acercaron los discípulos y le suplicaron: "Señor, atiéndela, para que no siga gritando detrás de nosotros". Él le contestó: "Solo he sido enviado a las ovejas descarriadas de Israel". Ella se acercó y se postró ante él diciendo: "Señor, ayúdame". Él le contestó: "No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos". Pero ella repuso: "Tienes razón, Señor; pero también los perritos se comen las migajas que caen de la mesa de los amos". Jesús le respondió: "Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas". En aquel momento quedó curada su hija". Mt 15, 21-28.

Jesús responde a la necesidad de la mujer con gesto de salvación y queda impactado por su ; Él muestra su apertura y nos invita a tener siempre Una actitud que rompa con esa mala práctica que excluye a otros y los separa de los lazos fraternos que nos han de unir de acuerdo a la voluntad de Dios.

Hermanos, Jesús quiere que estemos siempre dispuestos a brindar la compasión y a dar acogida a quienes por sus necesidades, se acercan a nosotros y brindarles nuestro apoyo para que puedan construir junto a nosotros un mundo nuevo donde reine el amor, la paz y la justicia. 

Señor, sólo con la fe, la humildad, la confianza y la perseverancia en nuestras oraciones, a pesar de todas las dificultades –como la mujer cananea– es como penetramos hasta tu corazón compasivo y misericordioso; y sólo así, es como tu, ves nuestra sencillez y nobleza escuchando nuestras plegarias.
 
posted by Laureano García Muentes at 5:12 a.m. | Permalink |


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