martes, julio 26, 2022

"Líbranos, Señor, por el honor de tu nombre "..Salmo 79

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Martes 26 de Julio del 2022

Jesús sigue ofreciéndonos las inmensas lecciones del estilo del Padre, de quien Él mismo es el rostro visible y tangible: su generosidad en la siembra, su paciencia sin límites, su apuesta por el hombre, en quien sigue creyendo. La parábola es una constatación de lo que ocurre cada día en nuestra propia vida: aunque Dios siembra buena semilla, la “cizaña” también aflora, -y además con fuerza- en nuestro campo, como también en nuestro entorno. Pero el juicio no nos corresponde a nosotros: le pertenece al mismo Dios, que permite que el bien y el mal coexistan en ese nuestro campo y en nuestra realidad. Jesús, pues, pone de manifiesto la pedagogía y la actitud del obrar de Dios: posee una “paciencia”, tolerando, que, junto a la buena semilla, germine también el mal, respetando SIEMPRE la libertad de las personas y el ritmo de los tiempos. Dios sigue creyendo en el hombre, a pesar de todo.

En el Evangelio de hoy tomado de Mt 13, 36-43, los discípulos le piden a Jesús una explicación a cerca de lo que Él desea dar a entender con la parábola del trigo y la cizaña, puesto que no habían entendido con claridad lo que allí, manifestaba.

Dice el texto del Evangelio, que Jesús después de despedirse de la multitud entró en casa y estando allí, se le acercaron los discípulos y le dijeron: "Explícanos la parábola de la cizaña ". Él les contestó: "El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del Reino; la cizaña son los partidarios del Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del tiempo, y los segadores los ángeles. Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema: así será el fin del tiempo: el Hijo del Hombre enviará a sus ángeles y arrancarán de su Reino a todos los corruptores y malvados y los arrojarán al horno encendido; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga". Mt 13, 36-43.

Jesús retoma seis elementos que cita en la parábola y les da un sentido totalmente diferente para que la puedan entender mejor. Vemos que Jesús comienza explicándoles quien es el Sembrador de la buena semilla; quien es el campo, quien es la buena semilla, quien es la cizaña, y que es el enemigo de la siembra. Él es conocedor de nuestra situación y sabe que son muchas las veces que nos distraemos en las cosas vagas y cuando queremos entenderlas, viene el problema, porque no las vemos con toda claridad y entonces, decidimos apartarnos y ser como las cizañas que crecen al lado de la plántula buena; y como súbditos del maligno vamos sembrando con el demonio las semillas del odio, la venganza, la maldad, la violencia y otras, que alejan a los hombres de Dios. 

Pero miremos hasta donde llega la misericordia de Dios: Como creador y dueño  de la mies deja que la cizaña crezca y trabaje con nosotros los discípulos de Jesús, para buscar las formas para convertirlas en bellas espigas que también serán recogidas en la buena cosecha. 

Hermanos, hoy podemos decirle al Señor como lo hicieron los discípulos: ¿Señor, no entendemos, explícanos por que no avanzamos lo suficiente en nuestra vida interior? ¿Explícame cómo puedo serte fiel y llegar a ser un verdadero discípulo tuyo?

Señor Jesús, ayúdanos a proteger las buenas semillas de vida eterna y de amor que has plantado en nosotros y aquellas que los demás nos ofrecen.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:54 a.m. | Permalink |


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