viernes, julio 22, 2022

"Mi alma está sedienta de ti, Dios mío"...Salmo 63.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Viernes 22 de Julio del 2022

Los relatos evangélicos nos van mostrando los diversos procesos de fe que se dieron en los primeros testigos del Señor resucitado. Los discípulos no es que estuvieran muy receptivos al acontecimiento; las mujeres lo están mucho más. Es el caso de María Magdalena, si bien su proceso de fe tampoco fue fácil; así, veremos que confunde al Señor resucitado con el “hortelano”. Hay un amor profundo hacia Jesús, pero su mente está embotada. Así, de los signos visibles de ausencia de Jesús (la tumba vacía), también María tiene que pasar al encuentro personal, a esa presencia viva. Sólo cuando Jesús mismo la llama por su nombre “¡María!”, es cuando se produce ese encuentro que transforma, de modo que de los lloros y lamentos y de confundirle con el hortelano, María pasa a ser testigo: “anda, vete y diles a mis hermanos...”, y va corriendo a decirle a sus compañeros: “he visto al Señor” 

Hoy celebra la Iglesia Universal la fiesta en homenaje a María Magdalena; una distinguida discípula de Jesús. Ella, fue una mujer pecadora (adúltera) a la que Jesús salva de ser lapidada y que además, fue la primera testigo de la Resurrección de Jesús, como lo dice el Evangelio de hoy tomado de Jn 20, 1. 11-18.

Dice el texto que: "El primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Echó a correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al señor y no sabemos dónde lo han puesto". Estaba María fuera, junto al sepulcro, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús. Ellos le preguntan: "Mujer, ¿por qué lloras?". Ella les contesta: "Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto" Dicho esto, se vuelve y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Jesús le dice: "Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?". Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta: "Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré" Jesús le dice: "¡María!". Ella se vuelve y  le dice: "¡Rabboni!", que significa: "¡Maestro!". Jesús le dice: "No me retengas, que todavía no he subido al Padre. Pero anda, ve a mis hermanos y diles: “Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro”". María la Magdalena fue y anunció a los discípulos: "He visto al Señor y ha dicho esto". Jn 20, 1. 11-18.

Que significativa experiencia  nos muestra hoy este Evangelio donde se nos narra el encuentro de María Magdalena con Jesús Resucitado. Ella junto a los discípulos estaban viviendo su mundo en medio de tinieblas. Sus esperanzas se habían marchitado.

Hermanos: Muchas son las noches oscuras que hemos vivido y estas, nos invaden y penetran hasta nuestras almas y pensamos: Ya, no hay más nada que hacer.

Si, flaquean nuestras fuerzas. Y ahí, en esa oscuridad, Jesús enciende su fuego y nos ilumina con su amor. Todo se va disipando e inicia el nuevo renacer hacia la libertad. 

Y es ahí, hermanos, donde se hace vivo el misterio pascual: Jesús, nos entrega su Luz y vence la muerte. 

Tú y yo deseamos encontrar al Resucitado lleno de vida y de sus fuerzas. Solo basta en nosotros la decisión de salir a buscarlo; y no en una religión muerta, reducida al cumplimiento de leyes, acuerdos y mandatos, sino en ese lugar preciso donde se vive según el Espíritu de Jesús con fe, amor y responsabilidad.

Señor, hoy también te apiadas de nuestras lágrimas, te acercas a enjugarlas y a darnos mil motivos para cambiar nuestra tristeza en gozo, nuestro llanto en risa, nuestra angustia en paz; hoy tenemos mil motivos para anunciar que estás vivo y recompensas a los que le buscan.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:27 a.m. | Permalink |


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