domingo, julio 17, 2022

"¿Señor, quien puede hospedarse en tu tienda?"...Salmo 15.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Domingo 17 de Julio del 2022

El Evangelio de hoy nos invitan a que recibamos al Señor en nuestra casa, que nos sentemos a escucharlo con calma... sin olvidar que tenemos la extraña costumbre de presentarse disfrazado de peregrino, de viajero, de amigo, de necesitado, de agobiado por los calores de la vida. Apartemos un poco a esa Marta loca con tantas cosas que hacer, y elijamos la parte mejor, la que llena el corazón, la que nos puede de verdad hacer feliz.

En el Evangelio de hoy tomado de Lc 10, 38-42, nos dice el texto que: "Yendo de camino, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Esta tenía una hermana llamada María, que, sentada junto a los pies del Señor, escuchaba su palabra. Marta, en cambio, andaba muy afanada con los muchos servicios; hasta que acercándose a Jesús dijo: "Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para servir? Dile que me eche una mano". Respondiendo, le dijo el Señor: "Marta, Marta, andas inquieta y preocupada con muchas cosas; solo una es necesaria. María, pues, ha escogido la parte mejor, y no le será quitada". Lc 10, 38-42.

Marta, María y Lázaro al que Jesús resucitó, eran hermanos y vivían en Betania en la ladera oriental del monte de los Olivos a unos tres kilómetros aproximadamente de Jerusalén. Ellos tenían una gran amistad con Jesús. María al notar que Jesús había llegado, se sentó a sus pies para escuchar de cerca lo que Jesús decía. En cambio Marta se dedicó a atender con todo esmero al Señor; pero se queja de María que no le ayuda en la preparación de algunos quehaceres.

Hermanos, se me viene a mi mente la parábola de la semilla que cae en diferentes lugares. Y vemos que las preocupaciones de Martha quieren ahogar la semilla; en cambio María la acoge, la cuida para que germine y de frutos en abundancia. 

Cuanto tenemos que pensar ante estas situaciones que nos ocurren a diario sobre lo que queremos y esperamos del Señor. ¿Será que estamos de verdad acogiendo su Palabra?, ¿Cómo la estamos acogiendo?, ¿Nos estamos dejando guiar por ella?

Miren lo que le falló a Martha no fue lo que hacía, porque ella, lo realizaba por amor a Jesús, pero como lo vemos, su afán se convirtió en una queja.

Cuando nos disponemos a escuchar la Palabra del Señor, ésta nos ayuda a direccionar la vida y nos va a ir enseñando a tener fuerzas para realizar todo con amor y como Él lo quiere. 

Jesús, queremos permanecer a tus pies, como María, porque nuestra vida depende de escucharte y experimentar tu cercanía. Danos la gracia de que en nuestras vidas triunfe siempre la gracia sobre el pecado, la fidelidad sobre las tinieblas, el amor sobre el egoísmo, la oración sobre el activismo. Porque sólo si nos llenamos de Ti, podremos dar a conocer a los demás.
 
posted by Laureano García Muentes at 5:39 a.m. | Permalink |


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