"El Señor no rechaza a su pueblo"...Salmo 94

Miércoles 13 de Julio del 2022

Jesús se dirige a Dios llamándole “Padre” y mostrándole su admiración y expresando su alabanza por la opción que ha hecho: revelar el don y los misterios de su Reino a los “PEQUEÑOS” del mundo, a los que parece que no cuentan en las “lógicas” humanas. Y ésta es la preferencia del Padre; y no lo disimula en absoluto. ¡Ésta es la grandeza de nuestro Dios, guste o no a los poderosos y sabios! Y esto nos lo revela no un cualquiera, sino el “Hijo de Dios”.

En el Evangelio de hoy tomado de Mt 11, 25-27, Jesús elogia la disposición de los hombres que con humildad de corazón y sin interponer condición alguna, toman la decisión de seguirle aceptando su propuesta.

En el texto del Evangelio Él expresa: "Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar." Mt 11, 25-27.

Podemos apreciar que Jesús exclama al Padre su gratitud por haberle dado a conocer su mensaje salvífico a la gente sencilla y se las oculta a la gente poderosa que se consideran sabios y entendidos. 

Una clara intención nos muestra: Qué aprendamos de Él, Si, Él  quiere que nuestras vidas sean más claras y sencillas, más humildes y sanas, por eso nos ofrece descanso. Él nos muestra lo que ha vivido, y por eso, nos entiende cuando vivimos las dificultades y hacemos  toda clase de esfuerzos por superarlos, como también, nos ofrece el perdón y la reconciliación para ayudarnos a levantarnos ante nuestras caídas.

Hermanos, los invito a que reflexionemos sobre como está nuestra búsqueda de Dios y preguntémonos: ¿Colocamos en Él toda nuestra confianza? ¿Nos dejamos guiar por las Palabras de Jesús?

Señor, muchas veces no te agradecemos lo que Tú nos das. Tenemos que aprender a ser agradecidos y mas, de la mano providente que nos sostiene día y noche y nos da todo. ¡Sin Ti Señor, no somos nada!. Nuestro propósito de hoy: Que nos acostumbremos a ver todo como gracia tuya.