"Busquen continuamente el rostro del Señor"...Salmo 105

Miércoles 6 de Julio del 2022

El evangelio nos introduce en una nueva sección : el llamado “discurso misionero” o “apostólico”. Y es que a los discípulos a quienes elige, Jesús los llama “apóstoles”, o sea, “enviados”. Su misión va a ser, ante todo, “id y proclamad que el Reino de los Cielos está cerca”. Pero este anuncio irá acompañado de hechos de vida: “expulsar espíritus inmundos, curar toda enfermedad”. Así, el proyecto de salvación, anunciado a través de los tiempos, se pone en marcha; está en acción. Jesús lo inicia; los apóstoles lo comparten y participan de ella. Y es que “la mies es abundante y los obreros pocos...”.

En el Evangelio de hoy tomado de Mt 10, 1-7, Jesús  llama a sus doce discípulos y les envía dándoles poder sobre los espíritus inmundos para expulsarlos y  sanar toda clase de enfermedades y dolencias Mt 10, 1.

Todos ellos, simples pescadores y artesanos de las regiones más deprimidas y olvidadas de Palestina. No habían entre ellos doctores, ni gente notable del pueblo, ni adinerados; Jesús con esa gente insignificante quiere darle continuidad a su misión de salvar muchas almas. Les reviste con su poder y autoridad para que realicen a lo largo de la historia, signos concretos de la presencia del Reino de Dios. 

Les envía con unas instrucciones: "No se dirijan a países paganos, no entren en ciudades de samaritanos; vayan más bien a las ovejas descarriadas de la Casa de Israel. Y de camino proclamen que el Reino de los cielos está cerca " Mt 10, 5-7. Su Misión es Universal y estarán encargados de propagar el mensaje con palabras y signos.

Hermanos: Jesús con mucho interés y donación, capacitó a sus discípulos para que se atrevieran a ir a todos los lugares a hablar y a mostrar a la gente la grandeza del amor de Dios, procurando obtener la conversión y libertad de sus apegos y seguridades (pecados) del mundo. 

Entonces, se hace necesario que tú y yo descubramos que es importante entrar en un proceso de formación personalizada para así, lograr convertirnos en personas capaces de descubrir en nuestras acciones Apostólicas, cuáles son los espíritus inmundos de nuestra época y ayudar a muchos a recomponer sus vidas y para hacerlos partícipes del Reino de Dios.

 Señor Jesús, siempre nos empujas para que vayamos avanzando, pero te muestras muy respetuoso y paciente; nunca nos pides más de lo que podemos hacer. ¡Gracias por tu delicadeza!