martes, junio 28, 2022

"Señor, guiarme con tu justicia"...Salmo 5

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Martes 28 de Junio del 2022

Jesús, antes de hacer el milagro que nos relata el Evangelio de hoy, regaña a los discípulos por ser «pequeños de fe», o sea, por su fe todavía incierta y vacilante. Sólo entonces es cuando Jesús «se levantó, increpó» a los vientos y al mar, como si fueran seres endemoniados. El pasaje se cierra con una nota de admiración frente al poder de Jesús, capaz de someter hasta los elementos cósmicos. Él, y sólo Él, puede dormir en medio de la tempestad porque reposa en el seno del Padre y se despierta en el poder de Dios, que nos salva no de la muerte, sino en la muerte, despertándonos a una vida nueva, resucitada, que durará para siempre. 

El Evangelio de hoy tomado de Mt 8, 23-27, describe un momento en él que, el peligro sofoca a los

 discípulos y los llena de incertidumbre; pues la barca en que iban con Jesús era sacudida por una fuerte tormenta. Él dormía mientras las olas cubrían la embarcación.

Dice el texto que los discípulos se le acercaron y lo despertaron, diciéndole: "¡Señor, sálvanos, que nos hundimos!" y Él les dijo: "¡Que cobardes y hombres de poca fe son ustedes!" Se levantó, increpó a los vientos y al lago, y sobrevino una gran calma. Los hombres decían asombrados: "¿Quien es éste, que hasta los vientos y el lago le obedecen?" Mt 8, 23-27.

Jesús los dejo caer en el peligro de la prueba a fin de que ellos mismos experimentarán las consecuencias que esto conlleva. Con el grito desesperado de los discípulos, Jesús les revela su ser y lo que significa el seguirle a Él. Se levanta e increpa la furia de los vientos y al mar embravecido; y entonces, viene la calma.

Que gran enseñanza nos muestra hoy este Evangelio. 

Cuantas veces nos hemos sentido como los discípulos,  desesperados y angustiados  por las situaciones adversas  que vivimos; suplicamos a Jesús que nos salve y nos libere de los males que nos apretujan la vida. Jesús en primer lugar nos recuerda el don que hemos recibido (La Fe y la Confianza absoluta en Él) y actúa con bondad y misericordia, hasta el punto de quedarnos admirados de Él.

Hermanos,  la barca que nos presenta el Evangelio la podemos comparar con nuestra comunidad en la que gozamos absolutamente de la presencia de Jesús, pero, estando en ella, también nos invaden las dificultades, las amenazas y las tempestades por vivir conformes y con el exceso de confianza. Preguntemos: ¿ Estamos de verdad experimentado la presencia de Jesús a nuestro lado?, ¿Quién es Jesús para mí?

Grande eres mi Dios, grande es el que va delante de nosotros allanando caminos, supliendo necesidades e increpando cualquier viento contrario que quieran zarandear a sus hijos amados.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:25 a.m. | Permalink |


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