lunes, julio 04, 2022

"El Señor es clemente y misericordioso"...Salmo 145.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Lunes 4 de Julio del 2022

El testimonio más evidente nos lo da el primer personaje de este evangelio que va y se arrodilla ante Jesús y le pide la resurrección de su hija. En medio de las dificultades Dios se nos presenta como la solución y no duda en manifestarnos su amor. Si, porque mientras no hay dificultades todo marcha muy bien, pero cuando llega un momento, una circunstancia que nos molesta, un obstáculo imprevisto que se atraviesa en nuestro camino, y surgen las dudas, los problemas, las crisis. ¡Si tuviéramos más de fe veríamos que Dios permite todo esto para probarnos un poquito en la fe, en el amor que le tenemos!

Hoy el Evangelio tomado de Mt 9, 18-26, nos invita a meditar dos milagros realizados por Jesús. Uno, el de una muchacha hija de un jefe de los Judíos llamado Jairo que se arrodilló ante Él para suplicarle que le impusiera sus manos para que recobrará la vida y el otro, de una mujer considerada impura que llevaba doce años padeciendo de hemorragias.

El texto nos narra que: "Cuando el jefe judío se postró delante de Jesús, este le dijo: "Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, impón tu mano sobre ella y vivirá". Jesús se levantó y lo siguió con sus discípulos. Entretanto, una mujer que sufría flujos de sangre desde hacía doce años se le acercó por detrás y le tocó el borde del manto, pensando que con sólo tocarle el manto se curaría. Jesús se volvió y, al verla, le dijo: "¡Ánimo, hija! Tu fe te ha curado." Y en aquel momento quedó curada la mujer.

Jesús llegó a casa del personaje y, al ver a los flautistas y el alboroto de la gente, dijo: "¡Fuera! La niña no está muerta, está dormida." Se reían de él. Cuando echaron a la gente, entró Él, cogió a la niña de la mano, y ella se puso en pie. La noticia se divulgó por toda la región." Mt 9, 18-26.

Podemos apreciar que hay dos personas que buscan a Jesús porque tienen una necesidad. La del jefe de las sinagogas que sin importarle el que dirán de sus amigos judíos, con la cara descubierta y motivado por la Fe, se acerca a Jesús; por otro lado, la mujer considerada impura por su enfermedad, a escondidas de la gente por su presunta impureza, se acerca a Jesús con Fe.

Hermanos, Jesús siempre está disponible para todos, como también para todos  los momentos que vivimos. A Él no le importa nuestra condición de vida, ni los títulos que ostentamos; para Él, todos somos iguales e importantes. 

Estos dos personajes. que nos muestra el Evangelio de hoy nos dan una gran seguridad para pedirle al Señor cosas que nos parecen imposibles, pero ellos lo hacen con la certeza de que Él, si las escucha.

No perdamos la Fe, la confianza ni la esperanza de que Dios siempre está atento a nuestras peticiones  y nos dará a su tiempo las cosas que necesitamos. 

Señor, te doy gracias por haberte encarnado, por hacerte hombre, por ser mi amigo inseparable, por ser Señor de mi "mundo" y de mi historia. Ahora puedo tener la certeza de que existes más allá de cuanto alcanza a ver mi mente y mis sentidos como un abismo de ternura y de perdón. ¡Gracias, Señor, por el don de la fe!
 
posted by Laureano García Muentes at 5:50 a.m. | Permalink |


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